¿Son los perros de un solo amo? Así se crea el vínculo entre canes y personas

Una persona acaricia a un perro.
Foto de archivo de una persona acariciando un perro.
PIXABAY
Una persona acaricia a un perro.

Siempre han existido rumores que aseguran que los perros son de un solo amo, de una sola persona, que incluso conviviendo en una familia, solo serán completamente fieles a uno de sus miembros, pero... ¿qué hay de verdad en este mito?

Carmen López Siller, psicóloga y etóloga de la Escuela Canina Educando Perros, asegura que para hablar de si un perro tiene un solo dueño hay que hablar de vinculación: "Entre el perro y el hombre se ha forjado a través de los años una relación especial que podemos llamar vínculo de apego y que se produce con las personas con las que convive".

Para estudiar este vínculo entre madres e hijos, la psicóloga Mary Ainsworth diseñó el test de situación extraña, que analiza la transición entre la seguridad del hogar y la exploración del mundo, es decir, la forma en que se comporta un niño, aunque solo sea por unos minutos, cuando se separa de la figura de apego y se le obliga a explorar el mundo por su cuenta. Adaptado al vínculo entre amos y perros, los resultados fueron funcionalmente similares. 

Cómo se forja el vínculo entre amo y perro

"Si miramos al perro, desde un punto de vista etológico, este proceso es necesario para la supervivencia y el desarrollo. Primero establecerá este vínculo con la madre y no será hasta el cuarto mes cuando pueda empezar a hacerlo con los humanos, haciéndonos ver que requiere tiempo", detalla López.

Por otro lado, si miramos al humano, "este proceso puede comenzar antes ya que nuestro deseo de tenerlo, de buscarle nombre, de ver su foto, de compartir tiempo y vida con él, va configurando en nosotros una disposición emocional positiva que, si todo va bien, se concreta en querer entenderle, en aplicar una serie de pautas y rutinas, en hacernos predecibles, confiables y constantes", explica. "Nos vamos configurando como una basa segura a la que acudir en momentos de estrés o miedo"

"Todo esto genera un vínculo de apego sano con el perro. Nos hacemos significativos para él y, esta actitud cuidadores que implica tiempo, responsabilidad, emoción y oxitocina, no tiene que ser exclusiva de una sola persona" asegura la etóloga. "Aunque, como vemos, los requisitos para ser un referente significativo son varios".

Además, la psicóloga cuenta que hay que ser conscientes de que, igual que nos pasa a las personas, "a veces somos un poco más de papá que de mamá, aunque ambos sean cuidadores significativos". "La dinámica con un miembro de la familia está asociada a unas actividades y momentos y con otra a otras. Si han puesto de su parte todo lo que hemos señalado anteriormente, también será referente, de hecho, es necesaria una red de apego secundaria".

Con esta información, la psicóloga concluye que "en una misma familia, puede haber más de una persona (tal vez otra) que se convierta en referente significativo, porque cumple todos estos requisitos" y abre la posibilidad a que un perro, si por situaciones de su vida, tiene que cambiar de familia, pueda volver a vincular y tener "su amo".

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