Un total de 71 personas han muerto en 63 accidentes de tráfico en las carreteras catalanas entre 1 de enero y el 31 de mayo. Son 25 más que durante el mismo periodo del año pasado, cuando perdieron la vida 46 personas en 44 accidentes mortales. En 2019, sin restricciones por la pandemia, los muertos fueron 69 en 66 siniestros. Solo en mayo han muerto 16 personas en las carreteras, una menos que el año pasado y una más que en 2019. 

Si se compara con abril, se han registrado menos muertos, ya que el mes pasado hubo 23. A pesar de ello, abril y mayo concentran el 55% de las víctimas de 2022. 

Trànsit ha alertado sobre el repunte de la mortalidad de peatones, con 9 víctimas hasta mayo, tres más que en el mismo periodo del año pasado.

Trànsit ha calificado de "crecimiento preocupante" esta subida de la siniestralidad entre los peatones, que llegó a las 14 víctimas en 2021, mientras que en 2019 fueron seis. Por eso, ha pedido máxima prudencia, ser muy cuidadosos si se ha de caminar por carretera y autoprotegerse y señalizar correctamente si hay que bajar del vehículo por una emergencia.

Del resto de fallecidos vulnerables, 14 eran motoristas y tres, ciclistas. En el caso de los motoristas, aunque en mayo han muerto seis, la siniestralidad de este colectivo no ha subido respecto a años anteriores. En 2021 murieron también 15 durante el mismo periodo, y 20 en 2019. En el caso de los ciclistas, se ha producido un ligero aumento respecto a 2021, con un muerto más. En el mismo periodo de 2019 murieron también tres ciclistas.

55 hombres y 16 mujeres fallecidos 

De las 71 víctimas mortales, 55 eran hombres, lo que representa un 77% de los fallecidos, y 16 mujeres. De entre los 55 hombres, 46 eran conductores y 7 peatones. En cuanto a las mujeres, 6 eran conductoras, 6 más viajaban de pasajeras y 2 eran viandantes. Los datos de siniestralidad de estos cinco primeros meses también muestran un alto porcentaje de hombres en el colectivo de heridos graves: de los 253 heridos graves en accidente de tráfico desde que comenzó el año, 185 son hombres (73%) y 68 son mujeres (27%).

Por edades, las dos franjas que acumulan más víctimas son las de entre 35 a 44 años y entre 55 y 64 años, con 16 personas muertas cada una. Sobre la siniestralidad por tipo de día de la semana, 37 de las víctimas se produjeron en días laborables (52%) y 34 en fin de semana (desde el viernes a las 15 horas) o festivo (48%).

Alta siniestralidad en la AP-7

La vía que ha concentrado más víctimas mortales en los primeros cinco meses del año ha sido la AP-7, con 13 muertos, el 18% del total. El año pasado fueron tres en este periodo. En esta autopista se han producido accidentes con más de una víctima. La segunda vía con más muertes es la C-63, con cuatro.

Por otra parte, se han producido menos choques frontales y se han situado en el 30% del total (19 de los 63 accidentes). De los 63 siniestros mortales, 45 han sido colisiones con más de un vehículo implicado y 18 con uno solo.

En cuanto a las muertes por demarcaciones, 28 se han producido en Barcelona; 23, en Tarragona; 14, en Girona; y en 6 en Lleida. En la demarcación de Barcelona se mantiene un aumento tanto respecto al año pasado (17) como en comparación con el 2019 (25). La comarca del Baix Llobregat es la que ha registrado más víctimas mortales (7).

En Tarragona, la siniestralidad de este año también supera la registrada el año pasado en este periodo (12 muertes) y la de 2019 (21 muertes). El mes de mayo ha sido el peor de este año en las carreteras tarraconenses, con 9 personas muertas. Además, de los 9 viandantes muertos en todo el territorio, cinco han sido en esta demarcación.

En la demarcación de Girona, se mantiene un crecimiento respecto a 2021 (8) y la misma cifra de fallecidos que en 2019 (14). Las comarcas del Alt Empordà y de la Selva, con cinco muertos respectivamente, suman la mayoría de víctimas.

En cambio, en Lleida se consolida la reducción de la siniestralidad registrada desde el inicio de 2022, tanto respecto a 2021 (9 muertos) como respecto a antes de la pandemia, en 2019 (9). Las comarcas del Alt Urgell y el Segrià, con dos víctimas respectivamente, concentran buena parte de las muertes.