Ivonne Reyes, colaboradora de Viva la vida, se enfrentó este domingo a la sala de los espejos, la sección del programa donde los invitados abren su corazón de par en par.

Le tocó el turno a la venezolana, que decidió desprenderse de su imagen de mujer fuerte y segura para ofrecer esa parte más humana y frágil que tiene.

De esta forma, la televisiva ofreció su entrevista más personal hasta la fecha, explicando, entre otras cosas, que lo que más le ha destrozado sin duda alguna es la muerte de su hermano: "Mi querido hermano se fue ya hace seis años y sigo sin aceptarlo, yo sigo hablando con él, a veces me abro un vinito y le digo: 'venga, David, vamos a tomarnos un vino'".

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Además, admitió que siempre intenta aparentar serenidad para que su familia no se preocupe de nada, aunque eso hace que, cuando esté sola, se venga abajo. "Soy muy solitaria, me gusta estar sola, hay momentos en los que necesito sacar las emociones y tengo que hacerlo sola".

Sin duda, lo que le ha marcado más ha sido criar a su hijo, Alejandro, sola. Envuelta en un sinfín de batallas judiciales con Pepe Navarro por la paternidad del joven, la venezolana admitió que, ahora que se ha mudado a Estados Unidos para estudiar Arte dramático y Business and Marketing y prepararse para ser actor, a ella le acecha el síndrome de nido vacío. "Tengo el mal del nudo vacío", admitió. "Estamos muy unidos, y hablamos mucho, pero el síndrome del nido vacío es muy malo", se sinceró.

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Entonces, Ivonne se derrumbó en directo y, completamente destrozada, se vio incapaz de seguir, por lo que Emma García tuvo que acudir en su rescate y parar la entrevista.

Eso sí, tras el paso por publicidad, la televisiva pudo sentarse junto al resto de colaboradores y continuar con su labor como tertuliana del espacio de Telecinco.