Biden agasaja a Finlandia y Suecia para su entrada en la OTAN y presiona a Erdogan para que levante su veto

  • Para la Casa Blanca los nórdicos "ya cumplen todos los requisitos" para acceder a la Alianza.
  • El país otomano, al ser frontera de la organización, cuenta con un importante despliegue de operaciones y material.
Joe Biden junto con Sauli Niinisto y Magdalena Andersson.
Joe Biden junto con Sauli Niinisto y Magdalena Andersson.
Oliver Contreras / POOL
Joe Biden junto con Sauli Niinisto y Magdalena Andersson.

En 1952 el mundo todavía estaba recuperándose de la segunda gran guerra que afrontaba y comenzaba a evolucionar hacia el mapa geopolítico que hoy nos es familiar. Fue ese año en el que Turquía entró a formar parte de la OTAN. El país otomano es uno de los pilares fundamentales de la organización y ahora su papel se ha convertido en decisivo ante la entrada de Suecia y Finlandia, en el marco de la invasión rusa de Ucrania. Recep Tayyip Erdogan tiene claro que va a vetar la adhesión de los nórdicos, a los que acusa de "acoger a terroristas", en referencia a los sirio-kurdos. Erdogan elige ser juez y parte, tomando una posición arriesgada.

Ese apuesta de Erdogan puede encontrar respuesta en el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, líder de facto de la Alianza, que este jueves se ha reunido en la Casa Blanca con la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, y el presidente finlandés, Sauli Niinisto. EE UU, como Canadá, Francia, Alemania, Italia o España apoya la ampliación de Alianza Atlántica. Asimismo, el secretario general, Jens Stoltenberg, ha afirmado varias veces que se les ofrece a los nórdicos un proceso de entrada "rápido", cuya foto está prevista para la cumbre de junio en Madrid.

Stoltenberg confirmó, en este sentido, que ya ha iniciado los contactos con el Ejecutivo turco para desbloquear la situación. "Los intereses de seguridad y las preocupaciones de todos los aliados deben tenerse en cuenta. Confío en que tomaremos una decisión rápida para dar la bienvenida tanto a Suecia como a Finlandia para que se unan a la familia de la OTAN", sostuvo, confiado en que "se puedan superar las diferencias" entre miembros. "Hay que encontrar un terreno común para avanzar", terminó.

"No podemos aceptar la presencia de organizaciones terroristas en una organización de seguridad de este tipo", sentenció Erdogan mientras Helsinki y Estocolmo piden que Ankara se aclare sobre su posición. Dado que se necesita unanimidad para la ampliación, el voto de Turquía es decisivo. Sin él, Finlandia y Suecia no entran. Ahora, ¿está el país otomano en posición de alargar demasiado su veto?

Turquía representa un enclave irrenunciable para la OTAN. Hace frontera y, por ello, el despliegue allí es mayúsculo. La operación específica de apoyo a Turquía se lanzó en diciembre de 2012, cuando la OTAN, a petición del gobierno turco, desplegó seis baterías antimisiles Patriot de Holanda, Alemania y Estados Unidos para aumentar las capacidades defensivas de Turquía ante las amenazas procedentes de la guerra en, tanto por parte del régimen de Bashar el Asad -que utilizaba sus misiles Scud contra las fuerzas rebeldes- como del Estados Islámico, que podría hacerse con el control de uno de los arsenales balísticos del ejército sirio.

Despliegue para contener a los kurdos

Ese despliegue depende de la aprobación de los socios atlantistas, los cuales podrían utilizar como medida de presión una retirada futura. Ahí quien realmente aprieta el botón rojo es Washington. Pero, en ese escenario, la trascendencia va más allá de las propias fronteras de la OTAN. ¿Por qué? El problema que dice tener Turquía con Suecia y Finlandia es que ambos países son "refugio" para los militantes del PKK, un partido kurdo considerado por Ankara como una "organización terrorista". La clave está en que el despliegue de la OTAN en Turquía viene como contención para el avance kurdo en Siria. De hecho, Ankara controla una parte en el norte de Siria, fronteriza con su territorio en un punto estratégico que le sirve precisamente para cerrar la puerta a los movimientos kurdos.

"Un nuevo miembro que se une a la OTAN no es ninguna amenaza a ninguna nación, nunca lo ha sido. El objetivo de la OTAN es defendernos contra una agresión", expresó el propio Biden ante la mirada de Andersson y Niinisto. Y es que el presidente finés tuvo también unas palabras para Erdogan. "Quiero garantizar que Finlandia se convertirá en un firme aliado dentro de la OTAN. Nuestro compromiso será también con la seguridad de Turquía", aseguró, quién sabe si como una forma de calmar las tensiones de Erdogan. "La OTAN es relevante. Es eficaz y es más necesaria ahora que nunca. La alianza indispensable de décadas pasadas sigue siendo indispensable", concluyó Biden antes de añadir que la Alianza será "más fuerte" con dos nuevos socios.

La foto de Biden con Andersson y Niinisto es una forma de presionar a Erdogan. Estados Unidos ha decidido bendecir de todas, todas, la entrada de dos nuevos miembros a una Alianza que quedará reforzada por culpa de (o gracias a) Vladimir Putin. Una OTAN de 32 miembros parece resucitada para un futuro que se puede resumir con una sola palabra: incertidumbre.

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