"Nadie quiere alquilarles, es imposible": el drama de los refugiados ucranianos en España para encontrar piso, incluso teniendo trabajo

Refugiados ucranianos viajando a España.
Refugiados ucranianos viajando a España.
Jorge/20minutos
Refugiados ucranianos viajando a España.

Dos meses después de que comenzara la invasión de Ucrania, han llegado a España en torno a 70.000 refugiados, repartidos entre Madrid, Barcelona y Alicante. Aunque un conflicto tan extremo provoca reacciones solidarias del mismo calado, la solidaridad no es infinita y el boom de las primeras semanas se diluye, igual que la guerra, entre la actualidad.

Después de miles de kilómetros y de dejar una vida entera atrás, con la incertidumbre de si algún día podrá ser recuperada, cuando llegan a España son acogidos en hoteles y centros bajo el respaldo del Ministerio de Inclusión. En ese punto son completamente dependientes de las instituciones hasta que encuentren un trabajo, cuando podrán por fin intentar salir adelante de manera autónoma, aunque todavía cuentan con ciertos apoyos.

A pesar de todo es, una vez en España, cuando los refugiados se enfrentan a una nueva batería de problemas, como encontrar una vivienda. "En Madrid esta tarea "está siendo imposible", relata a 20Minutos de primera mano P. R., una joven trabajadora social que trata con refugiados ucranianos en un centro de primera acogida de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). "Me dicen que con 1.200 euros como albañil no pueden pagar un alquiler en Madrid y nadie quiere alquilarle a estas personas", asegura.

Así, hace hincapié en la caída de la solidaridad en el momento más crítico para los casi recién llegados a España. "Justo ahora es cuando estamos intentando buscar los pisos porque es cuando encuentran trabajo". 

La técnico de acogida de refugiados explica que después de lo que se llama "primera acogida" pasan a la "segunda fase", cuando encuentran un empleo, y es entonces cuando necesitan salir de los hoteles y centros para encontrar una vivienda en la que prosperar. "Hay un boom de solidaridad que después va mermando, poco a poco la gente lo normaliza", reflexiona.

"Te dicen que no porque es algo social"

Ahora, después de encontrar trabajos "del estilo albañil o mozo de almacén, muy precarios, aunque tengan estudios universitarios (el 61% de los refugiados tienen estudios superiores)", explica, no hay apenas particulares que quieran alquilar sus pisos a estos refugiados. "Las opciones son mínimas, tienen que ser pisos entre 600 o 650 euros, y esto en Madrid es impensable", se queja, por los altos precios de las viviendas en la capital.

Pero esta búsqueda no debería ser tan tediosa, ya que el riesgo de impago que corren los caseros gracias a las prestaciones es nulo: "Ellos tienen una ayuda de 18 meses, hasta de 24 en algunos casos, si pierden el trabajo para poder pagar ese alquiler, por lo que el propietario nunca se quedaría sin cobrarlo", explica P. R.

Aun así, las trabajadoras que se encargan de contactar con las agencias -pues la mayoría de los refugiados no hablan español y no pueden encargarse de las gestiones- se topan contra un muro.

"Hay cláusulas abusivas, para un piso de 600 euros al mes y de 50 m² están pidiendo tres nóminas y que sean de 1.800 euros al mes", se queja. "Y cuando les dices que es algo social, te dicen que no, que las condiciones son esas y ya está", denuncia.

El perfil del refugiado ucraniano en España

  • La mayoría de las familias que llegan a nuestro país desde Ucrania, principalmente la provincia de Kiev (la capital), son mujeres -el 67%- con uno o varios hijos a su cargo -el 37% son menores-, pues los hombres de entre 18 y 60 años tienen la obligación de quedarse a luchar. Los que llegan son, mayormente, padres de familias numerosas, viudos o mayores de 65 años. De los 6 de cada 10 refugiados quienes tienen estudios superiores, son principalmente profesores, economistas o ingenieros.

El principal problema, aparte de los elevados precios del alquiler, a los que familias con solo un empleo y varios miembros no pueden permitirse, es que las aseguradoras del alquiler de las viviendas no consideran estas ayudas sociales como ingresos regulares. "Aunque tú les des un certificado que va a estar 18 meses cobrando, no te quieren alquilar el piso", apostilla.

Solo en los casos de mujeres con hijos el problema de la vivienda es diferente pues, al no poder trabajar por tener a su cargo a uno o varios menores, estas personas no pasan a la segunda fase, por lo que residen en un centro o a una familia de acogida. "Están dispuestas a mantener a una familia ucraniana durante 6 meses mientras que la mujer aprende el idioma, va a formaciones... En este caso también tienen guardería gratuita", explica P. R.

Emergency Home: el papel de las ONG

La labor de asignar una vivienda a los refugiados ucranianos la realizan también algunas ONG, como Emergency Home, que pone en contacto a través de un formulario en su página web a quienes solicitan una vivienda y a quienes la ofrecen, esta vez, de manera gratuita.

"Cuando entra una vivienda, avisamos a quienes están pendiente de que hay algo disponible", explica a 20Minutos Iván Tambasco, gerente de EH. "Los requisitos son 3: tienen que estar amueblados, tienen que ser gratuitos y con los suministros dados de alta", señala. 

Tambasco resalta que, hasta ahora, han alojado a 250 personas, pero que, aunque la oferta cada vez es menor, la demanda no cae. "Obviamente, estas noticias ya no impactan tanto... Más de 1.800 personas han dejado sus datos para que les ayudemos: gente que sale de un hotel, de una casa de acogida…", enumera.

Vídeo EH
Una refugiada ucraniana en un vídeo de Emergency Home.
EMERGENCY HOME

En este caso, son los particulares los que se prestan a dejar la vivienda por diferentes razones. "Un ejemplo es una persona con una vivienda vacía en Salobreña, que está fuera de España, y dice que para dejarla vacía prefiere que viva una familia", cuenta. "Otro caso es un inversor que tiene un piso en Lavapiés, del se va un inquilino, y se lo deja a una madre con dos niñas", continúa. "La gente busca más en Barcelona, Madrid y Valencia", concreta.

En este caso, la vivienda puede dejarse con un mínimo de uno o dos meses, para que los inquilinos no tengan que buscar otro sitio tan rápido. "Si la persona no puede dejar el piso más de eso, le aconsejamos que no lo haga", asegura Tambasco.

Un caso excepcional es el que se va a dar este viernes: 15 refugiados viajarán desde Carmona (Sevilla) a Madrid para ser alojados en Iruela y Baillo (León) por una asociación de la España vaciada.

"Los compañeros de Sevilla les han cogido los billetes de tren, que para ellos son gratuitos, y van 6 coches a llevarlos al tren", narra. "Se forman cadenas, buscamos la manera. Yo personalmente he estado recogiendo, con mi mujer y mi coche, a familias", explica, dejando claro que la solidaridad no ha desaparecido del todo.

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