Continúa el juicio por difamación que enfrenta a Johnny Depp y Amber Heard. El litigio, que comenzó el 11 de abril, está previsto que dure seis semanas en el tribunal de Fairfax (Virginia, Estados Unidos). Este lunes, 25 de abril, ambos actores se han vuelto a ver las caras en su octava cita judicial.
La última sesión judicial ha estado marcada por las reproducciones de varios audios en los que se escuchaba a la expareja discutir. Ambos grababan sus conversaciones para abordarlas después en sus sesiones de terapia. No obstante, también se han podido escuchar grabaciones que la actriz habría obtenido sin el consentimiento de Depp, según ha afirmado el intérprete.
En uno de los audios, el artista decía que no tenía sentido reencontrarse con su exmujer, ya que ello podría derivar en un "baño de sangre": "Es necesario alejarse. De lo contrario, será un baño de sangre como lo fue en la isla... Simplemente, no vale la pena".
La última afirmación está relacionada con la supuesta discusión que ambos mantuvieron mientras Depp se desintoxicaba en el verano de 2014, en una isla privada en las Bahamas. "Nadie en su sano juicio elegirá un baño de sangre en lugar de alejarse", le respondía Heard, que añadía: "No te estoy pidiendo que tengas un baño de sangre por alejarte, te estoy pidiendo que lo resuelvas por prolongarlo y hacerlo más grande".
En otro de los audios se comprobaba cómo el artista se enfadaba con su exmujer, a quien, entre gritos, llamaba "gorda" -"cállate, gorda"-, "jodida puta" y "estúpida". En una tercera grabación se percibía una bronca en la que la actriz le decía su marido en aquel entonces que se alejara de ella. "Quítate de encima", le insistía.
Los abogados de la intérprete de Aquaman han vuelto a interrogar al artista preguntándole si cree que el abuso puede presentarse de muchas formas, incluidas las físicas, verbales, emocionales y psicológicas, a lo que Depp ha respondido que "a veces sí".
Una mediática y controvertida batalla legal
El protagonista de Piratas del Caribe demandó en 2019 a su exesposa por un artículo que publicó en The Washington Post en 2018 después de su divorcio en el que se refería a sí misma como una persona con experiencia en lo que "representa el abuso doméstico".
El artista pide a su expareja 50 millones de dólares por daños y perjuicios, mientras Heard, por su parte, responde con una contrademanda en la que alega que el actor ha impulsado una campaña de difamación en su contra y le reclama 100 millones.
Todo ello ha provocado un largo proceso judicial en el que se han aportado diferentes pruebas gráficas, y distintos testigos, extrabajadores y amigos de la pareja han declarado para intentar discernir el comportamiento de ambos dentro de la relación.
Además, está siendo un juicio muy mediático, tanto nacional como internacionalmente, y seguido en directo por diferentes medios y canales de televisión, superando las audiencias que generó el proceso legal de O. J. Simpson.
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