El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha puesto fin a una de esas polémicas endogámicas tan del gusto de políticos y periodistas: habrá elecciones autonómicas en Andalucía en junio. Urnas en blanquiverde, a 35 grados de temperatura y con la gente poniendo el GPS rumbo a las playas.

Termina esta tabarra para muy cafeteros de la política sobre cuándo será la fecha electoral… y empieza la madre de todas las tabarras: ¿meterá Juanma Moreno a Vox como socio en el Gobierno de Andalucía o gobernará en solitario?

Las encuestas dicen que esos son los dos únicos escenarios posibles, siempre pendientes de que el efecto Juan Espadas sea algo más que un placebo para el socialismo andaluz post Susana Díaz y de que las izquierdas a la izquierda del PSOE dejen de comportarse como si estuvieran en una secuela de La vida de Brian, siempre dispuestos a escindirse los unos de los otros.

Con Ciudadanos en vías de extinción después del ejercicio de eutanasia política que se han hecho estos tres últimos años, no hay muchas más opciones: O Juanma Moreno se hace un Ayuso o se hace un Mañueco. O gobierna en solitario o lo hace con el Vox de quien decida Santiago Abascal: o Macarena de Graná o Manuel Gavira.

Moreno elude hablar de pactos electorales con Vox e insiste en "gobernar solo"

A expensas de que alguien se acuerde de la inflación y de los problemas más domésticos del sur del sur, viviremos pues unas elecciones en las que se hablará todos los días y a todas horas sobre la presunta llegada a San Telmo de la ultraderecha y en las que tendremos la opción de medir en los colegios electorales el empuje, real o gaseoso, de Alberto Núñez Feijóo… y el grado real de desgaste de Pedro Sánchez después de lo de Ucrania. Todo eso y más, cuando lleguen las hogueras de San Juan. Atentos a las urnas y, si es usted andaluz, que usted lo vote bien.