Los 100.000 'numantinos' que resisten aún en Mariúpol: así se defienden los soldados ucranianos del ataque final ruso

Mariúpol.
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Henar de Pedro
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Combatientes ucranianos cercados en la planta siderúrgica Azvovstal, considerada el último foco de resistencia frente al ejército ruso en la asediada ciudad de Mariúpol.
Atlas

La población de Numancia, situada en la antigüedad a pocos kilómetros al norte de la actual Soria, repelió durante más de 20 años los continuos ataques de las tropas romanas durante el siglo II A. C. La localidad celtíbera se resistió a ceder ante el acoso de un ejército diez veces mayor y sus habitantes prefirieron suicidarse antes de rendirse ante los invasores. 

Este espíritu de resistencia numantina quizá sea el que esté inspirando a los habitantes de Mariúpol, que desde casi el inicio de la guerra -el pasado 24 de febrero- por parte de Rusia, están sufriendo ataques y escasez de alimentos, agua y medicinas ante la prohibición de entrada a los convoyes humanitarios. En la actualidad, según datos de diversas ONG, apenas quedan 100.000 ciudadanos en la localidad que llegó a tener medio millón de habitantes. 

Los más combativos, unos 2.500 soldados del Ejército ucraniano, se encuentran atrincherados junto a un grupo de civiles en la planta siderúrgica Azovstal, creada en 1930. Rusia les ha instado a rendirse garantizándoles la vida, pero han rechazado el ultimátum. "Están dispuestos a luchar hasta el final", ha dicho el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal.

Allí, en la acería, están resistiendo el asedio ruso gracias, en buena medida, a red subterránea de túneles y búnkeres construidos cuando el país formaba parte de la antigua Unión Soviética. 

Esas infraestructuras han permitido a los militares ucranianos impedir que las tropas rusas tomasen por completo el territorio, dirigiendo exitosos ataques por sorpresa durante la noche en una clara apuesta por una estrategia militar de guerra de guerrillas. 

Esta táctica de ataques a pequeña escala ha permitido mantener alta hasta la fecha la moral de una población donde han muerto más de 20.000 civiles, según ha denunciado el alcalde de Mariúpol, Vadym Boichenko.

Este lunes tampoco está previsto que se abran corredores humanitarios para la evacuación de civiles ni en la ciudad portuaria ni en el resto de localidades ucranianas que se encuentran asediadas. 

"La ciudad ya no existe"

Las imágenes satelitales tomadas de Mariúpol en las últimas horas muestran edificios en llamas en todo este bastión del Mar Negro. Entre las emblemáticas construcciones arrasadas destaca el teatro, destruido en un ataque con misiles el pasado 16 de marzo y donde fallecieron al menos 300 personas, incluidos los niños que se refugiaban en su interior.

"La ciudad ya no existe. Lo que queda del Ejército ucraniano y un gran grupo de civiles están básicamente rodeados por las fuerzas rusas. Continúan su lucha, pero parece, por la forma en la que se comporta el Ejército ruso en Mariúpol, que han decidido arrasar la ciudad hasta los cimientos a cualquier precio", ha manifestado el ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, en una entrevista concedida a la cadena de televisión estadounidense CBS.

Kuleba ha resaltado en las últimas semanas "no ha habido contactos con diplomáticos rusos a nivel del Ministerio de Exteriores" y ha incidido en que, tal y como ha señalado el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, "Mariúpol podría ser una línea roja"

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Mariúpol, primera gran victoria rusa

La conquista de Mariúpol, que se producirá más pronto que tarde, será la primera gran victoria del Ejército de Vladimir Putin desde que comenzó la invasión. 

La obsesión de Rusia en apoderarse de este enclave se debe a que pretende convertir el Mar de Azov en un mar interior para garantizar la seguridad de la base naval de Sebastópol, en la anexionada Crimea, y así poder establecer un corredor terrestre entre esa península conquistada en 2014 y las autoproclamadas repúblicas de Donestk y Lugansk.

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