Cómo tratar a un gato recién adoptado: "Necesita paciencia, un lugar donde estar tranquilo y un hogar seguro"

Sunere y su nueva amiga Lolilla, dos gatas que buscan hogar en Madrid Felina. Si te gustaría conocer más sobre ellas contacta con contacta@madridfelina.com.
Sunere y su nueva amiga Lolilla, dos gatas que buscan hogar en Madrid Felina. Si te gustaría conocer más sobre ellas contacta con contacta@madridfelina.com.
CEDIDA
Sunere y su nueva amiga Lolilla, dos gatas que buscan hogar en Madrid Felina. Si te gustaría conocer más sobre ellas contacta con contacta@madridfelina.com.

Cuando se decida adoptar a un gato, es importante conocer previamente las necesidades que éste va a tener y estar listo para la llegada del animal en casa. En este sentido, las protectoras hacen una labor divulgativa y ayudan siempre a los adoptantes con las dudas y preguntas que éstos tengan, así la adaptación del nuevo miembro de la familia en el nuevo hogar se convierte en una experiencia menos estresante y positiva.

"El gato recién adoptado necesita paciencia y un lugar donde estar tranquilo (una habitación con agua, pienso, arena y un lugar donde se sienta cómodo, ya sea una caja o un transportín). Hay que darle tiempo ya que se estresan mucho con los cambios, por lo que tener un espacio dentro del nuevo hogar donde adaptarse les ayuda", explica Toñi Pulido, gestora en la protectora Madrid Felina.

Según explica Pulido, cada gato se adapta en un tiempo diferente, ya que la adaptación al hogar depende también de factores externos como si es una casa en la que se tienen muchas visitas o si hay niños o no, entre otros. "Aunque no hay una regla, lo normal es que en tres o cuatro días el animal esté más tranquilo y empiece a pedirte la comida y caricias, siempre y cuando le muestres seguridad, por ejemplo, jugando con él con juguetes a distancia como caña dándole alguna latita", detalla la gestora de la protectora.

La seguridad del gato en el hogar

"Antes de la adopción siempre procuramos conocer a los adoptantes, saber dónde viven y cómo, ya que es importante que el lugar donde vaya el gato sea seguro. Por esto siempre pedimos que las ventanas o puertas estén protegidas", explica Pulido. "Los gatos son animales que aman explorar y las alturas, así que hay que tener un mínimo de seguridad".

La gestora también comenta que en los casos en los que los adoptantes viven en un chalet, aconsejan que no dejen salir afuera al animal, ya que es posible que se pierdan y no sepan volver, su curiosidad puede llevarles muy lejos y luego no reconocer el camino de vuelta o, en el peor de los casos, pueden ser atropellados.

En cuanto a la seguridad del animal, también hay que tener en cuenta si se tienen otros animales en casa. "Hay siempre que ir más despacio. El animal nuevo debe ir a una habitación sin que haya contacto con el animal que ya vive en la casa. Se deben ir haciendo intercambios de olores sin contacto físico, si acaso visual, a través de una redecilla o cristal", cuenta. 

"En el caso de ser dos gatos, lo más normal es que se bufen al principio, pero con tiempo el gato que está ya en la casa aceptará al nuevo de manera correcta y evitará problema de peleas en el futuro", detalla Pulido. "Esto es muy importante para la seguridad del día a día y el poder dejarles solos sin supervisión".

Por último, Pulido explica que, en el caso de haber un perro en el hogar, el proceso sería exactamente igual. "La única diferencia es que durante los primeros encuentros el perro debería llevar una correa para evitar se que abalance sobre el gato, ya sea porque se emociona o porque se siente en peligro", dice la gestora.

"En estos casos, hay que tener en cuenta que las señales que emiten perros y gatos son completamente contrarias, por lo que la comunicación al principio será un caos y, por lo tanto, el periodo de adaptación será más largo, hasta que se conozcan y se entiendan", concluye.

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