En los anales de la literatura médica existe una historia que data de 1979 y que recoge un caso de intoxicación alimentaria masiva que hizo enfermar a 78 escolares en Reino Unido... a causa de unas patatas.

Tal y como recoge IFL Science, los hechos ocurrieron en una escuela en el sur de Londres después de unas vacaciones. Una gran cantidad de niños se enfermaron repentinamente con síntomas que iban desde vómitos y diarrea, fiebre e incluso coma, depresión del sistema nervioso y, en los casos más graves, "episodios de espasmos convulsivos".

"Estos niños también mostraron signos de colapso circulatorio periférico, incluso cuando la deshidratación era leve", escribieron los médicos en un informe de BMJ Case publicado el mismo año. Informaron que se perdió "poca" sangre en las heces o vómitos de los muchachos, a pesar de los seis días que continuaron los síntomas en algunos de ellos.

Rápidamente se identificó la causa de la enfermedad: todos habían comido patatas hervidas unas 14 horas antes.

"Las patatas son un alimento tan común de la dieta occidental que la mayoría de las personas se sorprenden al saber que son el producto de una planta venenosa", escribieron los médicos. "De hecho, los tallos y las hojas de la patata contienen una serie de glucósidos alcaloides, denominados solaninas, que son muy tóxicos", añadieron.

El principal peligro, sin embargo, proviene de comer patatas después de que se hayan puesto verdes, lo que sucedió en el caso de 1979, porque los proveedores de catering habían usado una bolsa de patatas sobrantes del trimestre anterior. 

Afortunadamente, todos los niños se recuperaron después del tratamiento en el hospital, aunque algunos de ellos lo pasaron bastante mal y llegaron a sufrir alucinaciones durante su ingreso hospitalario.

"El reverdecimiento y la brotación ocurren cuando los tubérculos de patata se exponen a la luz o se almacenan en condiciones adversas, y estos procesos están asociados con la producción de los alcaloides. Inicialmente, esto ocurre en los sitios de mayor actividad metabólica, como los 'ojos'; pero eventualmente, las solaninas pueden detectarse en la pulpa del tubérculo", dijeron los médicos en su artículo.

"Afortunadamente, pocas personas cocinan patatas verdes o germinadas debido a su apariencia y su sabor amargo y desagradable; por lo que, en la práctica, el envenenamiento por solanina parece ser raro, excepto en tiempos de escasez de alimentos", concluyeron.