Manuel Júlvez: "La sociedad actual se parece a la del Desastre del 98 en muchos aspectos"

  • El escritor zaragozano debuta en la ficción con 'Tierra mojada' (Actas), una novela sobre los últimos de Filipinas.
Manuel Júlvez
Manuel Júlvez
MANUEL ARRIBAS / CEDIDA POR EL AUTOR
Manuel Júlvez

Manuel Júlvez (1967) se lanza a a la aventura literaria con Tierra mojada (Actas, 2021), una novela que arranca en la Zaragoza de finales del siglo XIX y que culmina en aquella resistencia de los conocidos como últimos de Filipinas en aquella pequeña iglesia de Baler. Una novela que narra los cambios que la España de la época sufrió entre el mundo rural y urbano, entre dos siglos y todo lo que implicó para España aquel desgarrador año de 1898.

Júlvez atiende a las preguntas de 20minutos para desgranar las claves de su ópera prima.

¿Por qué narrar en pleno siglo XXI las desventuras del Desastre del 98? En muchos aspectos, la sociedad actual se parece a la de finales del siglo XIX. Evidentemente se ha mejorado en temas fundamentales como son la igualdad social, sanidad, educación, pero existen otros como son la desafección del ciudadano con la política que se pueden identificar con los actuales. El desastre del 98 es un gran ejemplo de esto último. El bipartidismo de la época gobernaba de espaldas al pueblo, políticos más preocupados en mantener su alternancia política que del progreso de una España que perdía su gloria pasada a borbotones. Para entender mucho de lo que ha pasado después en este país es indispensable conocer épocas tan determinantes para el futuro como esta.

La Zaragoza de la época era una ciudad de provincias que despertaba a la modernidad.

¿Cómo era la Zaragoza de aquel entonces? ¿Ha cambiado mucho su posición? Era una ciudad de provincias que despertaba a la modernidad. Nunca se han desarrollado tantos avances tecnológicos en un periodo de tiempo tan corto. En Tierra Mojada me interesaba reflejar esa sorpresa que seguro que sintieron los habitantes de la época, en especial la de mi protagonista, que llega a la ciudad siendo un joven que hasta ese momento se ha dedicado a pastorear. Quería afrontar ambos mundos, el de la incipiente modernidad y el del mundo rural de finales del siglo XIX, a través de los ojos ingenuos y sorprendidos de un joven pastor.

¿Qué aporta la historia de aquellos últimos de Filipinas de Baler? ¿Qué dice de la España de antes y de la de hoy? Desde que leí el libro Mito y realidad del sitio de Baler, de Miguel Ángel López de la Asunción, supe que quería escribir sobre este hecho. Tanto en lo histórico como en lo militar y épico, es un acontecimiento de tal magnitud que imposible que no te atraiga. Pero también importante en lo político y en lo social. A las guerras de Ultramar solo iban voluntarios y aquellos que no se podían librar pagando, que eran la mayoría. Esta práctica fue la semilla de la revueltas sociales de primeros del siglo XX. Es evidente que en la comparativa con la España actual se ha democratizado la gestión de la defensa nacional y, lo más importante, no sufrimos la mortalidad espantosa que hubo entre los soldados españoles de entonces.

Quería que 'Tierra Mojada' también fura un homenaje al relato vital de nuestros bisabuelos.

Hay también un relato de la España rural de nuestros abuelos y bisabuelos… ¿En estos tiempos de España Vaciada hay que homenajear y recordar aquella vida? Sí. Quería que Tierra Mojada también fura un homenaje al relato vital de nuestros bisabuelos. Es la historia de unas generaciones perdidas, debido a la gran interés que en todos los aspectos concita la Guerra Civil, que actúa como una agujero negro sobre las historias que ocurrieron pocos años antes. Dicen que la primera parte de la novela es costumbrista, no lo sé, pero sí está construida con mis recuerdos frente al fuego del hogar escuchando las historias de los "viejos", que contaban sus vidas llenas de penuria y amargura con la serenidad que solo otorga el paso del tiempo. Nunca debemos olvidar nuestro pasado, pero no solo el histórico, tampoco el sentimental y social, ese que no aparece reflejado en los libros, pero que también ayuda a explicar lo que somos. Quizás este sea uno de los puntos que más está atrayendo a los lectores de Tierra Mojada y una de las razones de su éxito.

Es su primera novela, tras escribirla, ¿Cómo se define Manuel Júlvez como narrador? Supongo que para describirme como narrador tendría que analizar los libros que me han interesado, desde que empecé a ser un lector compulsivo desde la niñez, sin analizar si eran lecturas adecuadas o no. De ser un lector heterogéneo, supongo que ha surgido un escritor al que no le interesan los géneros sino las historias bien contadas. Quiero pensar que soy un escritor honesto; que intenta hacer bien lo que sabe hacer bien y que no se propone escribir aquello que no le interesa o para lo que no está preparado. En definitiva, me gusta escribir, no intentar demostrar que escribo bien.

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