Un nuevo estudio está experimentando con 'drogas digitales' administradas a través del sonido

Una mujer escuchando música con cascos.
Una mujer escuchando música con cascos.
GTRES
Una mujer escuchando música con cascos.

El consumo de drogas tiene muchas vías distintas de consumo. Se puede fumar, esnifar, inyectar, beber, comer... pero ahora, la ciencia ha descubierto una nueva forma de consumirla: a través del oído.

Tal y como recoge Science Alert, en un nuevo estudio, los investigadores examinaron una forma relativamente nueva de alterar la mente, que utiliza sonidos digitales para alimentar frecuencias conflictivas en cada oído. 

Al sintonizar estos 'ritmos binaurales', algunas personas sometidas a este experimento explicaron que pudieron reducir el dolor, mejorar la memoria y aliviar la ansiedad y la depresión.

Para determinar qué tipo de relación podría existir entre el uso de sustancias psicoactivas más tradicionales y la experimentación con ritmos binaurales, un equipo de investigadores de Australia y el Reino Unido investigó la Encuesta global sobre drogas de 2021, una encuesta de más de 30.000 personas de 22 países.

Descubrieron que alrededor del 5% de los encuestados había incursionado en el uso de ritmos binaurales en algún momento del último año. De ellos, poco más de uno de cada diez lo hacía únicamente con fines recreativos.

La mayoría de los usuarios tenían entre 15 y 20 años, habían consumido sustancias prohibidas como MDMA o cannabis y eran de EE UU, México, Reino Unido, Brasil y Polonia.

Más allá de buscar un subidón, sus razones para experimentar con ritmos binaurales eran muy variadas. "Es muy nuevo, simplemente no sabemos mucho sobre el uso de ritmos binaurales como drogas digitales", dice la autora principal Monica Barratt, científica social de la Universidad RMIT, en Australia.

"Esta encuesta muestra que esto está sucediendo en varios países. Teníamos información anecdótica, pero esta fue la primera vez que preguntamos formalmente a las personas cómo, por qué y cuándo las usan", dice Barratt.

El fenómeno de los ritmos binaurales en sí no es nuevo, ya que apareció por primera vez en la literatura a mediados del siglo XIX. Pero gracias a la facilidad con la que ahora las personas pueden hacer girar un ritmo hecho de frecuencias en conflicto y compartirlas en línea, los ritmos binaurales se están convirtiendo en una forma de arte cada vez más popular.

Teóricamente, se cree que los latidos binaurales inducen cambios en el cerebro, gracias a la forma en que nuestro sistema sensorial interpreta diferentes frecuencias bajas cuando se alimentan por separado en cada oído.

Si escuchas un tono de 400 hercios en un oído, por ejemplo, y un tono de 440 hercios en el otro, tu cerebro lo interpretará como un único zumbido de 40 hercios ubicado en algún lugar dentro de su cráneo.

Esta interpretación requiere algo más que nuestra maquinaria auditiva periférica: hace uso de un complejo de hardware del tronco encefálico enterrado en lo profundo de nuestras cabezas, lo que provoca que las neuronas a lo largo y ancho se sincronicen en patrones de onda asociados con la relajación.

Esa es la teoría. Si bien hay algunos estudios que alientan una mayor investigación de los latidos binaurales como un medio para aliviar la ansiedad aguda, otros argumentan que los beneficios de la terapia de latidos binaurales, al menos cuando se trata de alterar el estado de ánimo y la mente, aún están por verse.

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