Aunque su historia de amor no invitaba en absoluto a ello, lo que han protagonizado en las últimas semanas Christian Gálvez y Almudena Cid dista de ser un divorcio ejemplar. 

Todo lo contrario. Titulares tan tremendamente angustiosos que han dado estos días como el presentador grabando a su exesposa hacer la mudanza, el rápido romance del también escritor con Cristina Pardo, las pullas y desplantes mutuos y en los que se ha metido la familia... Y el divorcio, que ya estaría acordado y firmado.

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La actriz y el presentador, que se casaron en régimen de separación de bienes, han roto definitivamente lo que aún les unía después de 15 años de amor y más de una década de matrimonio.

Así, y siempre según la información de Madrid Directo Flash, de Telemadrid, el presentador ha aceptado las peticiones de la actriz y ha dejado para ella un loft valorado en 225.000 euros, una furgoneta, otro coche y dos plazas de garaje, además de una cantidad de dinero de la que se desconoce la cifra.

Por su parte, Gálvez se queda con la casa en la que habían vivido hasta antes de su ruptura que recientemente, antes de separarse, reformaron.

Sin embargo, una nueva información que sale ahora a la luz remonta los hechos casi al inicio, a lo que en su día fue el principio del fin. Según cuenta ABC, antes de que se hiciera pública la ruptura entre ambos y solo unos días después de que Gálvez tomara la decisión de separarse, el presentador, que siempre tuvo buena relación con sus suegros, les hizo llegar una carta escrita "de su puño y letra" en la que se excusaba y les explicaba los motivos de su determinación.

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Además, y siempre según la misma información, les agradecía tantos años de complicidad y bonita relación. Cuenta el diario que, en su misiva, el escritor recordaba los momentos felices vividos durante su relación e incluso les prometía un futuro en armonía y sin ningún tipo de problemas, al menos, públicos.

Nada más lejos de la realidad. Todo saltó por los aires cuando el presentador recibió unos mensajes por parte de la familia de Cid cuyo contenido era muy duro. Después, se precipitaron los acontecimientos ya sabidos.