Tenemos bastante interiorizado que debemos poner a nuestras mascotas, sobre todo perros y gatos, vacunas de manera regular para proteger su salud y de los que convivimos con él. Por este mismo motivo, también deberíamos llevar a cabo desparasitaciones de manera regular, tanto para librarlo de molestos parásitos externos -como pulgas o garrapatas- como de parásitos internos, muchos de ellos causantes de enfermedades graves que pueden transmitirse a los seres humanos. Veamos qué tipo de desparasitaciones internas tenemos que hacerle a nuestra mascota y cada cuánto tiempo.

¿Cómo y cuándo realizar una desparasitación interna?

Los parásitos internos, como los gusanos intestinales, pulmonares o lod gusanos del corazón, son los que viven dentro del animal y se alimentan o bien de partes de su organismo o de los alimentos que el animal ingiere. Estos parásitos pueden provocarles distintos daños, desde diarreas hasta enfermedades graves como la filariasis, y algunas de ellas, como la hidatidosis, también pueden transmitirse a los humanos. Puesto que hay parásitos que pueden no mostrar síntomas durante años, lo mejor es acabar con ellos antes de que hagan daño al hospedador y de que puedan contagiar a los demás. Para ello, la única alternativa es desparasitar regularmente a los distintos animales de compañía con los que convivamos.

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Desparasitar internamente a nuestras mascotas es bastante sencillo, pues basta con darle regularmente un medicamento antiparasitario. Dependiendo de la marca, de la edad del cachorro, de los parásitos que ataca, etc. estos fármacos están disponibles en varios formatos y se deberán dar con una regularidad u otra. Así, los podemos encontrar en pastillas o jarabes que se administran cada mes, cada tres meses o en inyecciones anuales. El veterinario nos guiará sobre cuál es el más indicado para nuestra mascota y cada cuánto tiempo dárselo.

Las desparasitaciones deben hacerse a lo largo de toda la vida del animal, incluso desde cachorros y cuando son ancianos, de hecho, son precisamente estas dos etapas de la vida del animal cuando es más vulnerables a las infecciones por parásitos.

Por qué es importante no saltarse las desparasitaciones

Las desparasitaciones preventivas son la mejor forma de evitar infecciones por parásitos en los animales de compañía, que desarrollen enfermedades por esta causa y que puedan transmitir los parásitos a otros animales e incluso a las personas con las que conviven. Por este motivo, desparasitarlos internamente es especialmente importante en hogares en el que viven personas vulnerables, como bebés, niños pequeños, ancianos, embarazadas o inmunodeprimidas. Y es que, algunos parásitos pueden comprometer gravemente la salud, e incluso pueden acabar con la vida de mascotas -y de personas- si no se tratan a tiempo.

Los parásitos pueden, además, comprometer la capacidad de inmunización de las vacunas, pues si las aplicamos sobre un animal con un parásito es probable que no tenga el mismo efecto y lo exponga a otras enfermedades.

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Prevenir también ayuda

Las mascotas se contagian con parásitos al entrar en contacto directo con otros animales parasitados, al pasear por zonas chupar superficies contaminadas, etc. y a nosotros nos los pueden transmitir a través de su saliva, sus heces, sus utensilios de aseo o alimentación… Así, además de administrar regularmente los antiparasitarios a nuestras mascotas, podemos ayudar a prevenir que se contagien o nos contagiemos siguiendo algunas pautas de higiene:

•Examina periódicamente a tu mascota. Los chequeos regulares en el veterinario pueden servirnos también para detectar la presencia de algún parásito que a nosotros se nos pasó desapercibido.

•Consulta a tu veterinario ante cualquier cambio en su comportamiento del animal, ya sea en su apetito, si está más cansado, más irritable…

•Mantén limpio el entorno de tu mascota: limpia y desinfecta regularmente su cama, sus juguetes, su comedero…

•Evita que se acerque a la basura o a animales muertos o enfermos.

•Recoge siempre las heces de tu perro para evitar contagios.

•Lávate bien las manos antes y después de tocar a tu animal y de limpiar sus cosas, especialmente cuando vayas a manipular comida.