Los rusos que hacen caso a Zelenski y sí se enfrentan a Putin: "Son jóvenes, saben que están recibiendo un único discurso"

Agentes rusos detienen a un joven en Moscú (Rusia) durante las manifestaciones que exigen la dimisión del primer ministro Dmitri Medvédev.
Agentes rusos detienen a un joven en Moscú.
EFE/EPA/YURI KOCHETKOV
Agentes rusos detienen a un joven en Moscú (Rusia) durante las manifestaciones que exigen la dimisión del primer ministro Dmitri Medvédev.

La entrada del ejército ruso en Ucrania el pasado jueves provocó una oleada de protestas en decenas ciudades rusas, que dejó miles de detenidos, la mayoría de ellos en Moscú y San Petesburgo. 

El ataque del Kremlin causó cierta sorpresa entre la ciudadanía rusa, que llevaba semanas escuchando a los dirigentes de la diplomacia rusa negando la posibilidad de una intervención militar en Ucrania, y a diferencia de anteriores ocasiones (como la anexión de Crimea en 2014) el respaldo del pueblo ruso no es demasiado claro.

¿Quiénes son los manifestantes?¿Qué precedentes conocemos?

La oposición al la intervención militar sobre Ucrania en las calles de Rusia está liderada en su mayoría por jóvenes estudiantes en grandes ciudades. "Igual que pasa en otros países cuando se trata de argumentos internacionales, los jóvenes rusos se están dando cuenta de que no pueden ver todos los pliegues del conflicto, de que reciben un único discurso”, explica a 20minutos José Luis Orella, profesor de historia contemporánea de la Universidad CEU San Pablo.

En este conflicto bélico, los rusos "no se ven como agredidos, sino como agresores", y se ponen al frente de la oposición a una guerra en la que "por edad, serían los primeros en movilizarse".

Se trata de la protesta popular más grande desde el encarcelamiento, en enero  de 2021 del opositor al régimen ruso Alexéi Navalni. "Entonces la movilización estuvo más premeditada", declara Orella. "Cuando ocurre la detención del líder político, este tiene más tiempo de anticiparse y organizar a toda su gente para salir a las calles". 

Los protestantes, de todas formas, "pertenecen en su mayoría a grupos de oposición al Gobierno", por lo que cuentan con la estructura necesaria para reunir a centenares de personas antes de que la Policía les disuelva.

La represión de las protestas

Tras el mensaje publicado el pasado jueves por el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, animando a "todos los (ciudadanos rusos) que aún no hayan perdido la conciencia" a protestar contra la guerra, las autoridades rusas amenazaron con reprimir cualquier manifestación "no autorizada" contra "la tensa situación en materia de política extranjera". 

Aún así, miles de ciudadanos salieron a las calles conscientes de los riesgos a los que se atenían, y el Kremlin, en efecto, cumplió con sus amenazas. 

La situación se ha saldado, según la web ovdinfo.org, dedicada a reportar información contra la persecución política en el país, con un total de 1862 detenciones, la mayor parte de ellas en Moscú y San Petesburgo.

“Esencialmente, la Policía rusa trata de evitar la imagen represiva de los porrazos”, explica Orella. “Habitualmente tratan de actuar rápidamente y con superioridad numérica, y hacerse con los detenidos como si fuesen paquetes”.

El intento de minimizar el impacto mediático ha sido esta vez en vano. Las imágenes de miles de civiles protestando en las grandes urbes del país han recorrido todo el planeta, poniendo en duda el apoyo del pueblo ruso a la intervención militar en Ucrania. 

Vecinos y lazos familiares

"Es muy difícil justificar una agresión a un país vecino con el que, hasta hace poco, formabas un solo país", explica Orella. Se trata de una guerra contra un país con el que se comparten tradiciones, historia y, en ocasiones, lazos familiares. El factor sorpresa en el que ahonda Orella complica el relato del Kremlin, que se basaba hasta el jueves en la "conspiración estadounidense" sobre una guerra en Ucrania que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, negaba continuamente. 

"Es muy difícil justificar una agresión a un país vecino con el que, hasta hace poco, formabas un solo país"

Vladimir Putin continúa, según explica Orellas, construyendo un relato en el que se sitúa como "el restaurador de las viejas fronteras rusas". "No es que sea comunista o anticomunista, el es simplemente un nacionalista ruso, y lo que ve es que la disolución de la URSS hizo perder esa posición de protagonismo internacional a Rusia". 

En su búsqueda del apoyo popular a la guerra ucraniana, el mandatario ruso sitúa el origen del conflicto en la necesidad de "desnazificar" Ucrania, país que Moscú no reconoce como tal. Putin ha llamado este viernes al Ejército ucraniano a asumir el poder por la fuerza en Ucrania, confrontándose al Gobierno de Zelenski, formado, en palabras del presidente ruso, por una "pandilla de drogadictos y neonazis".

"Para los rusos, la segunda Guerra Mundial está muy mitificada. Ellos se atribuyen la responsabilidad de la victoria aliada, por haber tenido más de 25 millones de muertos en el país. No es un conflicto perdido en la historia, sino que Putin lo ha sabido mover muy bien a nivel propagandístico". 

Zelenski, que es judío y tiene antepasados que lucharon contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, ha respondido a las acusaciones del Gobierno ruso. "Te dicen que somos nazis, pero, ¿cómo un pueblo que perdió más de ocho millones de vidas por la victoria del nazismo puede apoyar al nazismo? ¿Cómo puedo ser nazi? Dile eso a mi abuelo, que pasó toda la guerra en la infantería del ejército soviético y murió como coronel en Ucrania", ha declarado el mandatario ucraniano. 

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