Las razas de perros potencialmente peligrosos desaparecen con la nueva ley de bienestar animal: ¿qué viene en su lugar?

  • El anteproyecto de ley de bienestar animal establece la obligatoriedad de valorar la sociabilidad de todos los perros. 
Sambo está considerado como un PPP, un Perro Potencialmente Peligroso. Y es ya mayor, busca las caricias y quiere jugar con el entusiasmo de un cachorro. Se mueve tanto, tan contento de verse suelto y con amigos, que es difícil hacerle fotos. Son de los perros que más difícil lo tienen para ser adoptados. Están las trabas que supone tener que obtener una licencia para poder tenerlos y obligaciones como llevar correas cortas, bozales y no poder soltarlos. También el que los adoptantes les tienen miedo, y como dice Eva de ACUNR, "con miedo no se puede adoptar". La portavoz del refugio explica que suelen ser perros muy buenos con las personas, pero más complicados de gestionar en las perreras y protectoras al ser complicado juntarlos con otros perros. Muchos de los que hay en este refugio están en cheniles individuales y eso no les ayuda.
Sambo, un PPP que pasó varios años esperando un hogar en la protectora ACUNR.
EDUARDO G. CUASIMODO/ARCHIVO
Sambo está considerado como un PPP, un Perro Potencialmente Peligroso. Y es ya mayor, busca las caricias y quiere jugar con el entusiasmo de un cachorro. Se mueve tanto, tan contento de verse suelto y con amigos, que es difícil hacerle fotos. Son de los perros que más difícil lo tienen para ser adoptados. Están las trabas que supone tener que obtener una licencia para poder tenerlos y obligaciones como llevar correas cortas, bozales y no poder soltarlos. También el que los adoptantes les tienen miedo, y como dice Eva de ACUNR, "con miedo no se puede adoptar". La portavoz del refugio explica que suelen ser perros muy buenos con las personas, pero más complicados de gestionar en las perreras y protectoras al ser complicado juntarlos con otros perros. Muchos de los que hay en este refugio están en cheniles individuales y eso no les ayuda.

La foto de Sambo, el perro que ilustra esta noticia, se tomó en mayo de 2019 para un reportaje publicado coincidiendo con el Día del Perro sin Raza, impulsado por este periódico para poner en valor los mestizos, los perros que más abundan en las protectoras. Ya mayor entonces, este pitbull negro buscaba las caricias y quería jugar con tal entusiasmo, tan contento de verse suelto y entre amigos, que resultó difícil capturarle con la cámara. 

Sambo apareció en un reportaje que explicaba qué tipos de perros son más difíciles de adoptar, y entre ellos se encuentran, tal vez ocupando el primer puesto, los denominados Perros Potencialmente Peligrosos o PPP. Por un lado están las trabas que supone tener que obtener una licencia para tenerlos; por otro, las obligaciones como llevar correas cortas, bozales y no poder soltarlos.

 También pesa el que los adoptantes no desean ver limitada la capacidad de viajar con ellos, de pasear en libertad o que directamente les tienen miedo, y como contaba Eva de ACUNR, "con miedo no se puede adoptar".

Hace pocos días Sambo ha dicho adiós a la protectora madrileña, ha tenido la suerte poco frecuente entre sus colegas de raza ya adultos de encontrar un buen hogar. Tal vez sus compañeros de espera y encierro puedan a lo largo de este año desprenderse de la etiqueta PPP y así ver en cierta medida facilitado su propio final feliz.

Este viernes, en Consejo de Ministros, se ha aprobado el anteproyecto de ley de bienestar animal del Ministerio de Derechos Sociales, que inicia su andadura con visos de poder entrar en vigor antes de que acabe 2022. El texto, al que ha tenido acceso 20minutos, modifica la polémica ley de 1999 definiendo que los perros solo podrán ser calificados como potencialmente peligrosos "previa realización de un estudio de sociabilidad individualizado. En todo caso, se establecerán reglamentariamente las condiciones en las que deberán manejarse".  

Los dueños de aquellos perros, de la raza y tamaño que sean, que suspendan esa prueba de sociabilidad y sí se consideren potencialmente peligrosos, tendrán que obtener la licencia correspondiente y seguir la normativa, que con frecuencia obliga a llevarlos con correa corta y bozal en todo momento.

Conviene recordar que para obtener a licencia administrativa que permite tener animales potencialmente peligrosos es preciso ser mayor de edad; no estar incapacitado para proporcionar los cuidados necesarios al animal; contar con un certificado de aptitud psicológica y un seguro de responsabilidad civil por daños a terceros. También "no haber sido condenado por delitos de homicidio, lesiones, torturas, contra la libertad o contra la integridad moral, la libertad sexual y la salud pública, de asociación con banda armada o de narcotráfico, así como ausencia de sanciones por infracciones en materia de tenencia de animales potencialmente peligrosos".

El nuevo anteproyecto también suprime los artículos 11 y 12 de la ley de 1999. El artículo 12 hace referencia a la actividad de clubes de razas y asociaciones de criadores, el 11 permite establecer excepciones al cumplimiento de determinadas obligaciones para organismos públicos o privados que utilicen estos animales con una función social; explotaciones agrarias que empleen perros de guardia, defensa y manejo de ganado, así como actividades cinegéticas; y pruebas de trabajo y deportivas con fines de selección de ejemplares.

Lo que se sabe de la clasificación por socialibilidad

El artículo 35 del anteproyecto iguala las obligaciones de los propietarios de perros, independientemente de la raza o las características física del can. Todos los propietarios tendrán que "realizar previamente un curso de formación acreditado para la tenencia de perros, cuyo contenido se determinará reglamentariamente". Un curso sobre el que surgen muchas incógnitas aún por solventar. 

Además, añade que "todos los perros deberán cumplir los criterios de clasificación por sociabilidad, cumpliendo los mecanismos de validación de comportamiento y socialización determinados reglamentariamente". Es decir, se valorará la peligrosidad de cada perro de manera individual, sin asumir que la raza o potencia física lo hace peligroso por defecto. Bajo este marco legal, bien podemos encontrarnos caniches y labradores potencialmente peligrosos en un futuro.

Los perros de caza, de pastoreo y guarda de ganado están exentos de cumplir el primer punto. Respecto al segundo, el anteproyecto establece que este tipo de canes que no dispongan de pruebas de sociabilidad se clasificarán como "perros de manejo especial fuera de la actividad específica".

Por último, todos los  titulares o responsables de todos los perros, sin excepción, deberán suscribir un seguro de responsabilidad civil.

La mayoría de los perros como Sambo que, a día de hoy y con la ley de 1999 en vigor son PPP y acaban en una protectora, no cuentan con el chip obligatorio ni puede localizarse su vínculo con sus propietarios, que a ciencia cierta no se molestaron en cumplir con las obligaciones vigentes de tener seguro y licencia, entre otras cosas. "Es más fácil hacer leyes que gobernar" dijo Leon Tolstoi. Sin duda también es más fácil hacer leyes que asegurar su cumplimiento.

Sambo esta semana en su hogar.
Sambo esta semana en su hogar.
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