Máxima tensión sobre Ucrania: Putin amenaza con "medios militares" y EE UU dice que Rusia "avanza hacia la guerra"

El presidente de EE UU, Joe Biden, durante una rueda de prensa tras su encuentro con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en Ginebra, Suiza.
El presidente de EE UU, Joe Biden.
PETER KLAUNZER / EFE
El presidente de EE UU, Joe Biden, durante una rueda de prensa tras su encuentro con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en Ginebra, Suiza.
Estados Unidos avisa sobre la intención de Putin, la insistencia de Joe Biden ante un inminente ataque de Rusia. La reacción de militares ucranianos rebeldes. En este vídeo, nuestro especialista en política internacional, Emilio Ordíz, os cuenta el punto actual en la crisis entorno a Ucrania.
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La crisis en torno a Ucrania no va camino de la desescalada, más bien todo lo contrario. Y de hecho la de este jueves ha sido otra jornada de acusaciones cruzadas entre Rusia y Estados Unidos, mientras los bombardeos se incrementaron en las zonas prorrusas de Donestk y Lugansk, situadas en el este de Ucrania. Moscú, por su parte, ha respondido a EE UU sobre sus demandas de seguridad y sostiene que las peticiones de Putin siguen siendo "ignoradas" por Occidente, al tiempo que avisa que podría recurrir a "medios militares" si esos oídos sordos se mantienen. La tensión es máxima, tanto que Rusia ha expulsado incluso al número dos del embajador estadounidense en el país.

Hay dos versiones contrapuestas: en ese mismo documento el Kremlin asegura que no tiene planes de invadir Ucrania y considera que el relato de Estados Unidos busca "presionar" a Moscú. Pero Washington tiene su propia versión, y Joe Biden volvió a alertar del riesgo de que el "ataque" ruso se produzca "en los próximos días". En esa línea se pronunció también ante el Consejo de Seguridad de la ONU el jefe de la diplomacia estadounidense, Anthony Blinken: "Rusia avanza hacia la guerra. Planea fabricar un pretexto para el ataque". De hecho, la Casa Blanca apunta que entre la hoja de ruta de Putin está también la toma de Kiev.

Además, Blinken aseguró que los planes de Moscú incluyen la toma de Kiev y otros puntos estratégicos del país vecino. Rusia, en cambio, repite el argumento de que todo se debe a la "histeria" de quienes son sus oponentes en esta Guerra Fría 2.0. El Kremlin no entra en esa parte del relato, pero cuestiona que EE UU esté "realmente comprometido" para encontrar una solución. El régimen de Putin ha pasado, de hecho, a los avisos más serios: dice que "se verá obligado a responder" en "ausencia de la disposición" de Estados Unidos para acordar "garantías firmes y legalmente vinculantes".

"Estoy aquí no para empezar una guerra sino para evitarla"

Blinken, pese a todo, pide a Rusia que rebaje la tensión y que lo haga "con hechos", retirando las tropas y "devolviendo a sus embajadores a la mesa de la diplomacia". Para lograrlo, ha propuesto una reunión con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, que se celebraría la semana que viene en Europa. "Estamos aquí detallando todo esto esperando que, al compartir lo que sabemos, podamos influir a Rusia para que abandone el camino de la guerra. Todavía queda tiempo", dijo ante la ONU, al tiempo que pedía a Moscú que demostrase que no tenía intenciones de invasión. "Estoy aquí no para empezar una guerra sino para evitarla", terminó diciendo ante el Consejo.

Con todo, el régimen ruso parece caminar por otro lado. "Se ha ignorado la naturaleza del paquete de las propuestas rusas", lamentó la Administración de Vladimir Putin, que ha dicho que Washington ha elegido "deliberadamente" temas "convenientes que, además, han sido "retorcidos" para crear ventajas para Estados Unidos y sus aliados. En definitiva, Moscú duda de EE UU. Pero es que EE UU tampoco se fía nada del Kremlin.

Rusia, como ya ha venido diciendo estas semanas, sostuvo que la "creciente" actividad militar de Estados Unidos y la OTAN cerca de las fronteras rusas es "alarmante", mientras que las líneas rojas rusas y sus "principales" intereses de seguridad, así como el "derecho soberano" de Moscú a protegerlos, "continúan siendo ignorados". Para Putin las afirmaciones de Washington no hacen más que alejar la posibilidad de un acuerdo. "Las exigencias finales de retirar las tropas de determinadas zonas del territorio ruso, acompañadas de amenazas de sanciones más duras, son inaceptables y socava las perspectivas de llegar a acuerdos reales", sentenciaron. 

"Las exigencias finales [de EE UU] de retirar las tropas de determinadas zonas, acompañadas de amenazas de sanciones más duras, son inaceptables"

La propuesta de Moscú es casi inamovible: un nuevo orden de seguridad para Europa. "En principio, estamos abiertos a la consideración sustantiva de las formas de su implementación práctica". Esto parte de la idea de Putin sobre que Rusia sigue contando con una esfera de influencia, constituida por las antiguas repúblicas soviéticas. En ese esquema, Ucrania es la joya de la corona pero los movimientos podrían ser similares, en una situación drástica, a los que se dieron en Georgia en el año 2008.

Por otra parte, desde Rusia acusan a Kiev de no cumplir con los Acuerdos de Minsk, que se firmaron en busca de la paz tras el conflicto de 2014. "Lamentablemente, siete años después, tenemos cada vez más motivos para considerar que nuestros vecinos ucranianos no tienen entre sus planes cumplir con los acuerdos de Minsk. Ya lo dicen abiertamente", expresaron desde el Kremlin.

La OTAN va, como Estados Unidos, en el grupo de quienes creen que Rusia solo está buscando una excusa para hacer la incursión definitiva en Ucrania. "No hay claridad pero sabemos que Rusia ha concentrado el mayor número de fuerzas que hemos visto en décadas en Europa y que mucha inteligencia rusa está presente en el Donbás. Hemos visto intentos de crear un pretexto, operaciones de falsa bandera, para dar una excusa de invadir Ucrania", explicó el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, que, además, denunció campañas de "desinformación" por parte de Moscú cuando habla de que está retirando efectivos militares.

Esa preocupación también se ha mostrado por parte de Naciones Unidas. La ONU advirtió, en este sentido, que la situación en torno a Ucrania es "extremadamente peligrosa", hasta el punto de que considera que no ha habido tensiones de este nivel desde el año 2014, cuando comenzó el conflicto separatista en el Donbás y Rusia se anexionó la península de Crimea. Los mensajes de Occidente siguen siendo drásticos y la Alianza Atlántica, de hecho, ha repetido otra vez que el despliegue de tropas rusas ha alcanzado niveles "que no se veían desde la Guerra Fría".

La Unión Europea es otra pieza de este puzle. El Alto Representante, Josep Borrell, avisó de que ya "se han iniciado los bombardeos" en el este de Ucrania, aunque los 27 siguen apostando "por la diplomacia". En una cumbre improvisada de los líderes de los Estados miembros, Borrell incidió en que hay preparado "un duro paquete de sanciones contra Rusia", que todavía no se va a activar salvo que la escalada vaya a más. Además, los socios comunitarios reiteraron que están "unidos" en el apoyo a Kiev.

Y es que mientras la política y la diplomacia se encallan, en las regiones prorrusas de Donetsk y Lugansk, al este de Ucrania, han vuelto los bombardeos tras romperse el alto al fuego. Los efectivos prorrusos y Kiev se acusaron mutuamente de vulnerarlo. Por su parte, las autoproclamadas repúblicas populares aseguraron que el Ejército ucraniano atacó con fuego de morteros las inmediaciones de nueve localidades. Kiev asegura que los movimientos son parte del plan de Putin para buscar ese pretexto teme Occidente. Falta saber hasta dónde se va a tensar la cuerda.

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