Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Europa se asoma a la guerra

El presidente de Rusia, Vladímir Putin.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin.
EFE / EPA / EVGENIY PAULIN / SPUTNIK / KREMLIN
El presidente de Rusia, Vladímir Putin.

Ucrania, un país extenso, pero con pocos recursos, se ha quedado atrapada entre dos intereses estratégicos de muy difícil solución. Tan difícil que las dos partes, Estados Unidos y Rusia, amenazan con intentar resolverlo por medio de una guerra, susceptible del recurso a las armas nucleares con las que ambos contendientes cuentan, y para mayor desgracia nuestra con la Unión Europea implicada y situada en medio del conflicto.

Muchas personas se preguntan estos días qué es lo que está ocurriendo sin que el absurdo que se refleja facilite entender casi nada. Sobre el papel todo es más sencillo de lo que parece: Ucrania es un país escindido, como otros catorce, de la Unión Soviética, que pretende incorporarse como aliado a la OTAN, lo cual le pondría a cubierto de la amenaza rusa y además le abriría la vía para el ingreso en la Unión Europea y el acceso a sus ayudas para el desarrollo.

La pretensión es rechazada frontalmente por Vladimir Putin, líder ruso que sueña con extender su área de influencia a los antiguos países que se hallaban bajo el paraguas de la URSS. Ucrania es el primer objetivo, tiene una amplia frontera con Rusia, una parte importante de la población es de cultura y lengua rusas y, aunque cuenta con más de cuarenta y cuatro millones de habitantes, tiene escasa capacidad defensiva.

No son nuevas las ambiciones de Putin en su empeño primero por impedir que Ucrania se vincule a Occidente y segundo, por hacerse con el control y la influencia sobre su soberanía. Unos años atrás invadió y convirtió en una provincia rusa la península de Crimea e inició una campaña de apoyo militar a los independentismos de dos regiones ucranianas importantes, Donetsk y Lugansk, que desde entonces mantienen una guerra civil.

El Kremlin sostiene como argumento que Ucrania es parte ancestral de Rusia y nunca ha tenido un Estado propio. Tanto Washington como Bruselas replican recordando que Ucrania es un Estado democrático soberano y, por lo tanto, libre de decidir su futuro, sus alianzas y sus relaciones. Obviamente, el conflicto mantiene la economía ucraniana en una situación que genera un permanente descontento de la población.

Internacionalmente, la constante amenaza rusa de cortar el suministro de gas a Europa es una cuestión que está presente en algunos países y de manera especial en uno tan influyente como Alemania. Mientras las negociaciones diplomáticas se esfuerzan por encontrar un arreglo precario, los fabricantes de armas se estarán poniendo las botas.

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