Nueva Zelanda es uno de los países del mundo que más ha destacado en la lucha contra la pandemia del coronavirus, entre otros motivos por la rigidez de sus restricciones. Tan firmes son que afectan incluso a la primera ministra.

La laborista Jacinda Ardern, que gobierna desde 2017, se ha visto obligada a cancelar su boda con el presentador de televisión Clarke Gayford, explicando que ella "no era diferente a otros neozelandeses".

"Así es la vida", dijo a los periodistas durante una conferencia de prensa en la que explicó las nuevas medidas de su gobierno ante el avance del virus. A partir de las 23:59 h de este domingo por la noche (este domingo a mediodía en España) todos los residentes están sujetos a nuevas restricciones, después de que se detectara un grupo de casos de ómicron en la comunidad.

"Mi boda no se llevará a cabo, pero me uno a muchos otros neozelandeses que han tenido una experiencia como esa como resultado de la pandemia", dijo Ardern, de 41 años.

Ardern elevó la alerta a rojo después del descubrimiento de nueve casos de ómicron sin vínculo con la frontera. "Rojo no es confinamiento. En rojo, las empresas permanecen abiertas y puedes hacer la mayoría de las cosas que normalmente haces, como visitar a familiares y amigos y viajar por el país", dijo.

"Una de las cosas más importantes que la gente puede hacer es asegurarse de que usted y su familia tengan un amigo o un vecino, que pueda ayudarlo llevándole las cosas que necesita si no se encuentra bien", añadió.

Las nuevas infecciones se detectaron en la región de Nelson y Marlborough, lo que significa que ha habido transmisión comunitaria en Auckland y posiblemente en Motueka. Los casos son parte de una sola familia que voló a una gran boda en Auckland a mediados de enero y una azafata también se infectó.

"Todavía no tenemos una pista clara sobre el caso índice que vincula a esta familia con la frontera como tenemos con nuestros otros casos de ómicron", dijo Ardern.

Nueva Zelanda reportó 24 casos comunitarios y 47 casos nuevos identificados en la frontera el domingo con ocho personas en el hospital y ninguna en la UCI. 

Con el nivel rojo, se requieren mascarillas en la hostelería y el comercio minorista, las escuelas, los aeropuertos, el transporte público y los edificios públicos. La hostelería puede permanecer abierta, pero se aplicará un límite de 100 clientes, y los clientes deberán mostrar su pasaporte de vacunas y permanecer sentados.

Los límites de capacidad también se aplican a los edificios públicos y minoristas, mientras que se recomienda, pero no se exige, el teletrabajo. Ardern añadió que no hubo cambios en la reapertura de la frontera internacional que está programada para el 28 de febrero.