Qué se sabe de la nueva variante covid que ya monitoriza la OMS: ¿es más peligrosa que ómicron? ¿dónde se halla?

Mapa anatómico a escala de la proteína espinal del COVID-19, desarrollado por la Universidad de Texas en Austin y el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.
Mapa anatómico a escala de la proteína espinal del COVID-19, desarrollado por la Universidad de Texas en Austin y el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.
JASON MCLELLAN / UNIVERSIDAD DE TEXAS EN AUSTIN
Mapa anatómico a escala de la proteína espinal del COVID-19, desarrollado por la Universidad de Texas en Austin y el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.

La OMS confirmaba este jueves que, por primera vez en toda la pandemia , se superaban los dos millones de contagiados notificados en un solo día en el mundo. Este dato solo refuerza algo que ya se lleva tiempo viendo en España, donde la incidencia de casos no para de alcanzar cifras de récord: que la sexta ola comandada por la variante ómicron sigue en ascenso. Y, en medio de esta ola, investigadores franceses alertaron hace unos días de una variante que contiene aún más mutaciones que ómicron, 46.

Si bien ómicron es muy transmisible, también, por el momento, se muestra menos virulenta que variantes anteriores del SARS-CoV-2. Esta situación ha llevado a especulaciones recientes sobre el posible final de la pandemia, pero, sea cierto o no que sea más leve, el coronavirus sigue circulando y mutando, por lo que detecciones como la realizada por el Instituto Hospitalario Universitario Méditerrannée de Marsella (Francia) seguirán ocurriendo. 

La cuestión es dilucidar si las variantes que vayan surgiendo hacen que el virus sea más transmisible, más virulento o pueda sortear medidas sociales y de salud pública. Por el momento, según Kate O'Brien, directora del Departamento de Inmunización de la OMS, se trata de "una cepa menos activa y que todavía está siendo evaluada".

La detección fue comunicada el pasado 9 de diciembre por el Instituto Hospitaliario Universitario de Marsella, por ello, la variante ha recibido como nombre IHU, por las propias siglas de la institución. Veinte días más tarde, investigadores de la Universidad de Aix-Marsella publicaban, en la plataforma de 'preprints' medRxiv -donde se publican estudios antes de ser revisados por pares-, un nuevo estudio donde muestran los resultados de los análisis a 12 pacientes con SARS-CoV-2 procedentes de Marsella. El paciente, al que se considera origen de esta propagación, habría regresado de un viaje reciente a Camerún.

¿Por qué ha llamado tanto la atención?

La variante, llamada B.1.640.2, presenta "46 mutaciones y 37 deleciones [mutación genética en la que se pierde material genético] que dieron como resultado 30 sustituciones de aminoácidos y 12 deleciones. Catorce sustituciones de aminoácidos, incluidos N501Y y E484K, y 9 deleciones se encuentran en la proteína de la espícula [o proteína S, encargada, en los coronavirus, de entrar en la célula huésped que será infectada]". 

Para los investigadores, "estos datos son otro ejemplo de la imprevisibilidad de la aparición de variantes del SARS-CoV-2 y de su introducción en un área geográfica determinada desde el extranjero".

¿En qué países se han localizado casos?

Se trata de una subvariante de la cepa B.1.640, detectada por primera vez en septiembre de 2021 en República Democrática del Congo, y que la OMS ya categorizó como una variante "bajo supervisión". 

En este grupo de variantes bajo vigilancia, se incluye cualquier variante del coronavirus que "presente modificaciones en el genoma que, según se sospeche, puedan afectar a las características del virus y parezcan indicar que la variante puede entrañar riesgos en el futuro". 

En cuanto a B.1.640.2, según los investigadores, aparte de los casos detectados en Marsella, también se localizaron algunos en la localidad de Forcalquier, en el departamento de Alpes de Alta Provenza.

¿Cómo de peligrosa es frente al resto de variantes?

Cuando se detectó y secuenció ómicron, lo que llamó la atención fue la cantidad de mutaciones que presentaba en la proteína de la espícula, lo que la hacía potencialmente más transmisible. En este caso, IHU también ha experimentado cambios en esta importante proteína, lo que justifica que la OMS ya la esté supervisando, al igual que lleva haciendo desde septiembre con la cepa de la que procede.

La doctora Maria Van Kerkhove, epidemióloga líder de la Organización Mundial de la Salud (OMS), explicó este pasado jueves que la organización ya se encuentra supervisando la subvariante B.1.640.2, aunque aclaró que "no está circulando muy activamente".

"Esta variante representa menos de 1% de las muestras en Francia. Hay dos subvariantes: la B.1.640.1 y la B.1.640.2, y es importante que las sigamos, por la cantidad de mutaciones con las que cuenta, pero no está circulando muy activamente", señaló Van Kerkhove. También quiso destacar que las vacunas actuales funcionan "para todas las variantes activas" y que es "común" que puedan aparecer variantes como esta. 

Por su parte, O'Brien también expresó que "es una variante que quizás está aumentando su prevalencia. Contamos con pruebas específicas de la misma, pero está pendiente de un análisis más profundo".

¿El escenario es similar a cuando apareció Ómicron?

Actualmente la situación es muy diferente a la de ómicron. Cuando esta fue detectada en Sudáfrica a finales de noviembre de 2021, aunque todavía era una incógnita, ya fue relacionada con un gran incremento de casos en algunas regiones de el país africano. Por el momento, como destacó Van Kerkhove, IHU "representa menos de 1% de las muestras en Francia". 

¿Qué otras variantes preocupan a la OMS?

Junto a ómicron, hay otras cuatro "variantes preocupantes" en el mundo. Entran en este grupo si son más transmisibles, más virulentas o tienen mayor capacidad para sortear anticuerpos y otras medidas de salud pública. La primera de ellas es alpha, detectada en septiembre de 2020 en Reino Unido  y designada como preocupante en diciembre de ese mismo año. Beta, por su parte, aunque existen muestras de ella previas a alpha -las primeras muestras son de mayo de 2020 en Sudáfrica-, no fue designada como preocupante hasta el mismo día que alpha.

También se encuentran dentro de este grupo gamma -con primeras muestras detectadas en noviembre de 2020 en Brasil y designada como preocupante en enero de 2021- y delta. Esta última -detectada en India en octubre de 2020-, junto con ómicron, es la más extendida en el mundo. Entre las características de esta variante está ser más transmisible que alpha -aunque menos que ómicron- y provocar una "ligera" disminución de la efectividad de la vacuna, según el Ministerio de Sanidad. Actualmente está presente en al menos 170 países.

En España, delta ha sido predominante hasta que ómicron la ha comenzado a desplazar en diciembre de 2021. Entre el 13 y el 19 de diciembre -últimos datos disponibles-, ómicron representa el 43% de los casos secuenciados y delta el 54%. En estos momento, teniendo en cuenta la escasa presencia en Francia, país que la ha detectado, IHU se encuentra lejos de poder desplazar a estas variantes como hizo delta con alpha, y como parece que está haciendo ómicron con delta.

¿Por qué IHU y no una letra griega como delta u ómicron?

IHU es el nombre provisional dado a esta variante por los investigadores que la han detectado, pero, si se acabase convirtiendo en una variante preocupante o de interés para la OMS, acabaría adoptando el nombre de una letra griega.

En círculos científicos se usa otro tipo de nomenclatura más técnica y útil para su trabajo de investigación. Sin embargo, para la denominación de estas variantes a nivel mediático, la OMS convocó a un grupo de expertos para que encontrasen nombres para las variantes de interés y de preocupación (VOI y VOC, respectivamente) que fueran fáciles de pronunciar y no generasen estigmas, ya que, en un principio, las variantes eran bautizadas con los lugares donde se detectaban.

Por ese motivo se optó por denominaciones basadas en letras del alfabeto griego. Con ómicron hubo cierta confusión porque la OMS decidió saltarse dos letras, nu y xi. Nu se descartó por la confusión que podría generar con la palabra inglesa 'new' y xi, por ser un apellido común en China y en otros países asiáticos, por lo que podía resultar ofensivo.

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