Rosalía sabe a la perfección que una de las claves de su triunfo es que hablen de ella. Más allá de la tremenda calidad que tiene la artista catalana de 28 años, ella sigue trabajando sus promociones de forma continuada y, dado que dentro de nada va a sacar su tercer álbum de estudio (tras Los Ángeles y El Mal Querer y un enorme puñado de singles), necesita volver a dar que hablar en el mejor de los sentidos. Y para ello, Rosalía ha decidido que era hora de hacer público su otra cuenta de Instagram...

¿Hemos perdido a Rosalía?

Hasta este pasado fin de semana no se sabía que la cantante tuviese otra cuenta en la red social, pero para que quedase claro que era ella misma quien la llevaba no solo le ha puesto como nombre el título de su nuevo disco, Motomami, sino que la promocionó a través de su cuenta principal, donde cuenta con algo más de 18 millones se followers. Esta nueva, en apenas un fin de semana ya ha alcanzado más de 150.000 seguidores.

En esta cuenta, lejos de fotos promocionales, de sus estilismos de moda y complementos y, en definitiva, de su trabajo, se puede encontrar a una Rosalía mucho más abierta, menos cuidadosa con su contenido, más natural, del día a día, desde planes que no promociona a escapadas desconocidas o tardes ensayando, escuchando música, leyendo o incluso conduciendo un Lamborghini.

Además, deja ver sus viajes en vuelos privados, las comidas de las que disfruta, muchas fotos sin maquillar ni con los accesorios que ya se han convertido en parte de su estética o, claro, su relación con Rauw Alejandro, con quien aparece en varias imágenes comiendo en la cama, besándose o, en definitiva, compartiendo su amor de una manera mucho menos hermética.

Además, la fotografía que más likes ha acumulado desde que abrió esta cuenta al público es un desnudo total que bien parece que le envió a Rauw a modo de nude por las palabras "te amo" que aparecen escritas. Más de 26.000 personas le han dado a Me Gusta a esta imagen en la que la artista, tumabda sin ropa en la cama, se autofotografía aprovechando el espejo del techo, tapándose el pubis con el emoticono de un corazón rosa.