Los 'influencers' piden negociar a las plataformas : "No venden otra cosa que lo que hacemos nosotros"

Marta Llanos, youtuber de la Red de Creadores, en el vídeo de presentación de la plataforma
Marta Llanos, youtuber de la Red de Creadores, en el vídeo de presentación de la plataforma
Captura de YouTube/UGT
Marta Llanos, youtuber de la Red de Creadores, en el vídeo de presentación de la plataforma

La última década ha establecido nuevos medios, nuevos códigos de comunicación y nuevos modelos de negocio. En estos cambios, han participado con un papel predominante plataformas como YouTube, Twitter, Instagram o Tik Tok. Gobiernos y empresas las utilizan para hacer llegar sus mensajes, pero también individuos independientes motivados por poder compartir aquello que hacen con el mundo. Youtubers, instagramers, tiktokers, streamers, influencers o creadores de contenido han ido creciendo con las plataformas y, en ocasiones, han dado con una nueva forma de ganarse la vida. Sin embargo, las particularidades de un sector nuevo dificultan que esta forma de ganarse la vida tenga unos contornos definidos y seguros.

El pasado 22 de noviembre, fue anunciada la plataforma ‘Red de creadores de contenido’ que, con apoyo del sindicato UGT, busca que esos contornos se definan con demandas como "lograr la transparencia de los algoritmos, abrir vías de negociación colectivas y lograr una adecuada regulación con la administración que nos proteja”, según explican los propios creadores de contenido en su vídeo de presentación. Se definen como "trabajadores digitales" y reclaman que su trabajo sea reconocido y valorado "como el cimiento que construye la riqueza de esas grandes plataformas".

Algunos creadores que han manifestado pertenecer a la plataforma desde su presentación son Isabel Serrano (@isabelsd99 en TikTok), Sergio Gregori (FurorTV), Alán Barroso, Nerea Blanco (Filosofers), Marta Llanos, Mauricio Schwarz o Mikel Herrán (@PutoMikel).

Mauricio Schwarz, periodista, escritor y youtuber, explica, en conversación con 20minutos, que los problemas son comunes a todos los creadores de contenido, "los grandes y los pequeños". "El problema es el de tratar con una empresa gigantesca donde uno es parte de una red de creadores, que son millones de personas en todo el mundo, pero queda reducido a la invisibilidad ante la empresa". Entiende que las plataformas tienen que ganar dinero y además les permiten llegar con su mensaje a "un montón de personas", pero también que "no tienen otra cosa que vender que lo que hacemos nosotros, es lo curioso. No hay otro producto, no hay otro servicio. Siendo que nosotros somos el producto fundamental, no tenemos comunicación con la empresa. Eso es rarísimo".

Desmonetizaciones y baneos

Plataformas como YouTube o Twitch (pertenecientes a Alphabet y Amazon, respectivamente) tienen mecanismos a través de los cuales monetizar el contenido subido a ellas -mediante publicidad y pagos (donaciones, suscripciones,...) por parte de los consumidores-. En otras ocasiones, los ingresos pueden proceder de promociones con marcas u otro tipo de colaboraciones que surgen gracias a la presencia en estas redes. Este es el caso de Nerea Blanco, filósofa y creadora de contenido (@Filosofers), quien explica que no tiene ningún ingreso directo de las plataformas "pero si yo no estoy en las plataformas, no puedo hacer colaboraciones, no se me ve. No tengo otro escaparate que no sea la red".

Si las plataformas consideran que no se está cumpliendo con sus reglas, pueden establecer la desmonetización del contenido o pueden banear -expulsar temporal o permanentemente- al creador. Y estas decisiones se toman de manera automatizada y unilateral. Sin monetización y sin presencia, no hay ingresos.

"El algoritmo de la empresa decide que un vídeo tuyo no puede tener publicidad porque algo no le gustó", explica Schwarz. Y resolver si el mecanismo automatizado tiene razón o no es un proceso lento. "Cuando a alguien le cierran un canal, lo destrozan. No hay otra opción. No hay competencia de YouTube o de Twitch".

Estas sanciones pueden deberse a que el mecanismo automatizado haya detectado contenido inapropiado. El problema es que, en ocasiones, peca de proteccionista y en su búsqueda de contenido extremista acaba tirando contenido divulgativo, como le ocurrió al propio Schwarz en un vídeo sobre el nazismo. También, en el caso de Twitch, los streamers pueden verse en problemas si los espectadores, con los que están en contacto permanentemente, deciden compartir algo no permitido por la plataforma para que sea visto en directo.

"Cuando pasa algo, no hay nadie. Son máquinas. Si eres una persona grande, puede que te hagan caso antes. Pero si eres un 'mindundi' como nosotros, no hay manera de llegar a hablar con nadie", señala Nerea Blanco.

Derechos de autor

"El de los derechos de autor es un problema enormemente grave porque las grandes empresas tienen mucha más palanca sobre YouTube", dice Schwarz. Empresas como productoras y discográficas, que son poseedoras de derechos de autor, reclaman a las plataformas que tumben contenidos que usen partes de otras obras. YouTube usa Content ID, un sistema desarrollado por Google que identifica contenido con derechos de autor en otros vídeos. "Si yo uso 10 segundos de una canción en un vídeo de una hora, la disquera dueña de la canción puede apoderarse del total de los ingresos de mi vídeo. No del equivalente a los diez segundos, sino de la totalidad", señala.

En esos casos, el creador de contenido tiene que discutir directamente con la compañía poseedora de los derechos de autor y, si hay que entrar en terreno legal, podría tener que acudir a los tribunales de Estados Unidos.

Como explica Mauricio Schwarz, no se aplica el concepto de uso justo, mediante el cual "puedo usar un trozo de emisión de una televisión para ilustrar algo de manera justa. No lo estoy robando, no me estoy apropiando de sus derechos. Hay una cantidad de material que se puede usar de manera legal".

El problema de los derechos de autor también se da a la inversa. Algunos creadores denuncian casos en los que se ha usado contenido íntegro creado por ellos sin citarles ni darles ninguna contraprestación. El periodista y youtuber Carles Tamayo explicó -en el contexto de dos encuentros realizados por la Red de Creadores los pasado 10 y 11 de diciembre- cómo una cadena de televisión le pidió unas imágenes, prometiendo que le pagarían, y no lo hicieron. Dice que no supo donde acudir para hacer la reclamación, pero, finalmente, logró que le pagasen 200 euros, aunque reconoce que, de haber tenido más información, hubiese sabido que las imágenes tenían más valor. Según él, es algo que le ha ocurrido varias veces desde que está en YouTube.

Los mencionados son algunos de los problemas comunes a los creadores de internet, aunque desde la Red de Creadores plantean muchos otros como la inseguridad en casos de hackeo de cuentas, la falta de transparencia a la hora de conocer los ingresos reales en algunas plataformas por cada visualización o la necesidad de nueva legislación que proteja a los creadores de contenido.

Nerea Blanco resalta que, por el momento, se han puesto en común los principales problemas, "de monetización, falta de respaldo, sensación de falta de seguridad…", y se ha dejado claro que "somos trabajadores que vivimos de esto". Schwarz también espera que aumente la participación de creadores de contenido para seguir definiendo "las indicaciones principales que podrían motivar el diálogo con la empresa" y utilizar en el proceso "los conocimientos y experiencia de UGT".

Unión con UGT

Rubén Ranz, coordinador de plataformas digitales de UGT y encargado de las relaciones del sindicato con la Red de Creadores, cuenta que, en 2019 y con motivo del 130 aniversario del sindicato, Mauricio Schwarz intervino para explicar su forma de trabajo como creador de contenido. 

Desde ese momento, empezaron a interesarse en la idea de crear un espacio para estos trabajadores digitales. "Conocíamos la experiencia de YoutubersUnion y de IG Metall y, a partir de ahí, creamos una iniciativa que presentamos a la Confederación Europea de Sindicatos", expone Ranz.

YoutubersUnion es el único precedente de una asociación de este tipo para creadores de contenido. En 2018, en Alemania, el youtuber Jörg Sprave consiguió reunir a un nutrido grupo de youtubers en torno a este sindicato. Además, consiguieron el apoyo de IG Metall, el sindicato más grande de Europa con en torno a 2,3 millones de afiliados. YoutubersUnion e IG Metall se unieron en una plataforma llamada FairTube a través de la cual presentar una serie de peticiones a YouTube y así mejorar las condiciones laborales de los creadores. Pedían transparencia, que se justificasen adecuadamente los decisiones de la compañía, que hubiese personas con las que poder tratar estos problema y ser considerados socios de la compañía. Tras amenazar a YouTube con llevar el caso a la justicia europea -acusarían a la plataforma de no cumplir la normativa de protección de datos y de tener a los youtubers como falsos autónomos-, en 2019 la compañía accedió a hablar con el sindicato.

Siguiendo este ejemplo, y entrando en contacto con algunos de estos youtubers, Ranz reconoce que "al principio estábamos muy metidos en Youtube, pero luego nos dimos cuenta de que Twitch tenía un crecimiento exponencial y que había mucha gente con problemas ahí y en el resto de plataformas".

En cuanto a lo que puede aportar UGT a esta lucha, expone que "nosotros, como sindicato más representativo, la Constitución nos permite establecer cualquier tipo de negociación con cualquier tipo de empresa y estar presente en cualquier convenio colectivo". "En este caso no hablamos de un nuevo convenio colectivo, pero sí planteamos el poder establecer un diálogo, ahí es donde nosotros tenemos la experiencia y es lo que podemos aportar", aclara.

Aparte de mencionar que hay elementos legislativos -como la ley audiovisual o la ley del estatuto del artista- que no se están teniendo en cuenta a la hora de abordar temas como los derechos de autor de los creadores de contenido, Ranz expresa su preocupación por los intermediarios que existen actualmente y que no representarían los intereses de los creadores. "El sindicato tiene que representar a los creadores de contenido, porque quien está tomando decisiones sobre este tema es la patronal Adigital”. Según Ranz, Adigital (Asociación Española de la Economía Digital), que agrupa a más de 500 empresas del sector (entre ellas, Google, Amazon y Facebook), "firma acuerdos en representación de la propia empresa y de los propios creadores. Adigital no puede representar a todo el mundo. O bien eliges a las empresas o bien eliges al creador".

Aunque los creadores de contenido son autónomos, Ranz considera que hay elementos de dependencia "muy claros" con estas empresas. "Las plataformas establecen una serie de criterios, como por ejemplo Twitch, que exige 3 horas de streaming para que tú puedas monetizarlo. Claro, si tú estás pidiendo una serie de condiciones entonces se está rozando la relación laboral". Sin embargo, cree que, de primeras, para llegar a acuerdos con las plataformas "hay que empezar por pequeñas cosas" como el tema de la monetización: "¿por qué no se monetiza? Saberlo claramente, tener una situación en la que se pueda hablar con las plataformas para aquellos canales que tengan un 'strike' [penalizaciones que impone YouTube al considerar que se ha infringido alguna de sus normas] o cualquier tipo de gestión en la que se necesita la supervisión de una persona".

Sobre estos problemas de transparencia, interlocución con las empresas o monetización, resalta que son cuestiones que han puesto sobre la mesa los propios creadores "y son ellos los que tienen que decidir cómo se trasladan y qué es lo importante para trasladar a las plataformas y nosotros les ayudaremos a ordenarlo y a poder hacer el mejor discurso posible para conseguir sus objetivos". "Yo creo que lo importante de esta iniciativa es que hemos conseguido que, algo que se ve como muy individual, empiece a sentirse como colectivo y que se pueden conseguir cosas", resume

TikTok, viralidad y monetización

La Red de Creadores de Contenido convocó los pasados 10 y 11 de diciembre un 'primer encuentro' en el que invitaban a participar a otros creadores para "organizarnos y construir un discurso común que nos permita abordar el futuro de nuestra actividad con voz propia". Se organizaron varias mesas de debate en torno a temas como "la irrupción de TikTok y los problemas de monetización de las plataformas", cómo defenderse de los ataques de odio o derechos de autor. También acudió el Secretario General de UGT, Pepe Álvarez, como cierre a los debates.

En la primera mesa de debate se ahondó de nuevo en el tema de la monetización, en la que participaron las tiktokers Isabel Serrano y Carla Galeote. Aunque alabaron algunas prácticas de TikTok, como los filtros de mensajes de odio o la comunicación de la empresa con los creadores para que sepan cómo optimizar su contenido, reconocían que la viralidad no se traducía en ingresos.

En cuanto al algoritmo de esta plataforma, se sabe, según explica Serrano, que, "en función del tiempo que estén en tu vídeo y las interacciones -compartir, me gustas y comentarios-, los van recomendando a una serie de usuarios dependiendo de los gustos de cada uno". Aunque se consigan muchas visualizaciones, TikTok paga en torno a dos céntimos cada mil visualizaciones, "aunque yo creo que menos", aclara Serrano.

"Yo no he sacado dinero de Tik Tok porque no me da ni para el depósito del coche. Lo mismo pasa en Instagram o en Twitter. Las personas que estamos haciendo esto lo hacemos por vocación", dice por su parte Galeote. Además, si se tiene algún sponsor o se hace publicidad, "ese contrato es un poco ficticio porque realmente no puedes asegurar a esa empresa que vas a llegar a determinadas visualizaciones". Serrano confirma esto explicando que "en el caso de Instagram, y otras redes sociales, dependiendo de tus seguidores sí que puedes ver que tienes un alcance u otro, pero en TikTok no".

Para Serrano lo principal es "exigir la transparencia del algoritmo y que los términos de la monetización sean más claros, y sobre todo más justos. Al fin y al cabo estamos hablando de unas cifras de visualizaciones que están repercutiendo en la empresa". Galeote coincide en esta exigencia: “puedes tener un trabajo que es tu vocación y lo que te gusta, pero es tan inestable que te genera una gran incertidumbre de cara al futuro. La transparencia de los algoritmos puede ayudar".

Relación futura con UGT

Desde el momento en el que se anunció la plataforma, otros creadores de contenido la han acusado de estar demasiado politizada y querer conseguir mediante la presión a las plataformas una mejor posición que no merecerían. En este sentido, uno de los ponentes, el periodista y creador de contenido Sergio Gregori, manifestó en el cierre del evento su deseo de organizarse "sin etiquetas ideológicas, sin trincheras" para defender "a los creadores de contenido en general". En esta misma idea incidía también Mauricio Schwarz, que considera que "hay que llegar a todos porque nuestros problemas son comunes y no es un asunto político. Se politizó por parte de un grupo determinado pero que, si de todo esto se saca un beneficio, los va a beneficiar también a ellos".

En conversación con Pepe Álvarez, Gregori sacaba de nuevo este tema ya que ir de la mano del sindicato podría interpretarse como la confirmación de cierto sesgo político. Álvarez aclaró que "nosotros no os hemos pedido nada ni os vamos a pedir nada. Solo os hemos ofrecido algún espacio, algún medio para poder organizaros, asesoramiento si es que lo necesitáis… Pero esto no es un matrimonio que esté forzado y que no tenga ninguna otra salida que seguir juntos aunque no nos queramos". Dejó la puerta abierta a que la Red de Creadores definiese su relación con UGT de la forma que desease en el futuro -actualmente afirman que la plataforma está estructurada gracias al apoyo del sindicato, pero no está afiliada- porque, según Álvarez, "no estamos aquí para mejor gloria de unas siglas. Estamos aquí para solventar problemas de la gente".

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