La afición del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, por la comida rápida, es de todos conocida. Pero lo que no todo el mundo sabe es hasta qué punto llega el amor del magnate por lo que en su país llaman junk food.

Trump ordenó que le llevaran comida del McDonald's a su habitación durante su ingreso en el Hospital Walter Reed en octubre de 2020, cuando sufrió Covid-19, según un próximo libro de su exjefe de gabinete.

El libro, llamado The Chief's Chief (El chef del jefe), del exjefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, afirma que Trump no perdió el sentido del gusto, como han informado algunos enfermos de coronavirus, y en cambio, exigió que le trajeran comida para llevar durante su estancia en el hospital.

Según Meadows, Trump y los miembros de su persona tenían que "comer con los protectores faciales puestos por orden del médico, lo que no emocionó a ninguno de ellos".

Donald Trump normalmente pide dos Big Macs, dos sándwiches de filete de pescado y un batido de chocolate cuando pide comida en el McDonald's, según recoge en una información el Mirror.

La historia de amor de Trump con la comida basura no es un secreto: según un libro anterior de los ex ayudantes Corey Lewandowski y David Bossie, sus cuatro grupos principales de alimentos son McDonald's, Kentucky Fried Chicken (KFC), pizza y Coca-Cola light.