Adquirir competencias nuevas, actualizar otras ya existentes, prepararse para acceder a la universidad o simplemente tener el tiempo y el gusto por formarse. Estos son los principales motivos que llevan a un adulto a volver a las aulas para estudiar. En la Comunidad de Madrid, la red de Centros de Educación de Personas Adultas (CEPA) ya tiene formalizadas para este curso más de 27.000 matrículas y es una cifra que irá en aumento: el periodo de inscripciones permanece abierto en muchos casos durante todo el curso, lo que permite a quien quiera estudiar apuntarse en cualquier momento. 

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"Estos centros constituyen una segunda oportunidad para aquellos estudiantes que, por diversas circunstancias, no han podido finalizar su formación académica", destacan desde la Consejería de Educación. Desde 2015, casi 20.000 personas han logrado obtener el título de Secundaria o de FP básica en estos centros.

Las enseñanzas son muy variadas: desde las que posibilitan conseguir el graduado escolar hasta las que otorgan el título de Secundaria pasando por clases para preparar el acceso a la Universidad, a los grados superiores de FP (alrededor de 2.200 matrículas el curso pasado) o el Bachillerato. También se ofrecen cursos de FP básica, estudios de español para extranjeros (más de 2.800 alumnos el curso pasado).

Dentro de la red de centros para adultos se incluyen los CEPA que están ubicados en las cárceles madrileñas. A través de estos recursos se garantiza que la población reclusa tenga acceso a estas enseñanzas. El pasado año se matricularon más de 1.300 alumnos y sus docentes destacan que con su interés en formarse se promueve su integración laboral y social.

70 centros y facilidades para conciliar

Los estudiantes de los CEPA no hacen frente a ningún gasto de matrícula en las enseñanzas básicas y la oferta académica se van actualizando. Por ejemplo, este curso se han implantado dos nuevos perfiles de esta enseñanza: uno de Servicios Comerciales y otro de Alojamiento y Lavandería. También se han puesto en marcha talleres operativos para el alumnado con discapacidad en tres nuevos centros. En estos espacios, actualmente 175 alumnos con algún tipo de discapacidad intelectual aprenden habilidades profesionales básicas relacionadas con el comercio, la jardinería, la hostelería o la gestión administrativa, entre otros.

La red de centros de enseñanza para adultos tiene 70 sedes. La mayoría de alumnos son mayores de 18 años en diferentes circunstancias, pero también hay casos de mayores de 16 con un contrato de trabajo que necesitan seguir formándose o deportistas de alto nivel que compaginan sus entrenamientos con los estudios. 

"El profesorado pone en práctica metodologías específicas con una gran flexibilidad para adaptarse al alumnado, que en muchos casos trabaja o tiene que compaginarlo con la vida familiar. Algunas enseñanzas pueden ser cursadas de manera semipresencial o a distancia", destacan desde el departamento que dirige Enrique Ossorio.