Cómo las abejas de La Palma han sobrevivido haciendo un búnker de propóleo

Coladas de lava del volcán de Cumbre Vieja desde la playa de Puerto Naos, a 11 de noviembre de 2021, en La Palma.
Coladas de lava del volcán de Cumbre Vieja desde la playa de Puerto Naos.
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Coladas de lava del volcán de Cumbre Vieja desde la playa de Puerto Naos, a 11 de noviembre de 2021, en La Palma.

Tras más de 50 días desde que comenzase la erupción, el volcán de Cumbre Vieja en La Palma continúa emitiendo lava y otros materiales, así como gases, pero todavía es pronto para hablar de su fin. Aunque esté mostrando sus primeros síntomas de agotamiento, las coladas de lava siguen su marcha y, de hecho, la nueva fajana ha engullido toda la playa de los Guirres.

Sin embargo, la erupción de este volcán ha puesto de manifiesto la enorme capacidad de resiliencia de unos insectos especialmente importantes para la supervivencia de los ecosistemas: las abejas. Son capaces de resistir a los efectos del cambio climático, así como a la invasión de otras especies, y acaban de demostrar su resistencia frente a la lava.

Así sellaron sus colmenas para evitar la entrada de lava y gases

Como relatan en la Agencia EFE, miles de abejas acaban de ser rescatadas vivas después de pasar todos estos días desde la erupción del volcán en colmenas enterradas bajo la ceniza. Se encontraban a solo 600 metros de distancias del foco eruptivo, en Cabeza de Vaca. 

El presidente de la Agrupación de Defensa Sanitaria (ADS) Apicultores de La Palma, Elías González, señalaba a EFE que solo las abejas de una colmena han muerto, pero el motivo no estaría relacionado con el volcán, sino "porque ya estaban débiles" antes de que entrase en erupción.

Pero, ¿cómo es posible que sobrevivan a estas condiciones? Las abejas son capaces de defenderse ante condiciones extremas creando una capa de propóleo para recubrir cualquier hueco con el exterior, dejando solo un poco abierto para poder entrar y salir.

Un ciudadano de La Palma, Diego Brito, cuenta a la Agencia EFE como cuando llegó a su finca tras la erupción para comprobar el estado de sus colmenas, las abejas ya las habían reforzado con este material "como si fuera pegamento". De hecho, relata, "no lo quitaba ni con una espátula".

El presidente de la ADS Apicultores de La Palma explica que estos insectos se aíslan del exterior ante cualquier amenaza. En esta ocasión, las abejas sellaron las colmenas con propóleo porque "probablemente el dióxido de azufre les estuviera sentando como un tiro", explica Elías González.

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