Un grupo de adolescentes sembró el pánico en una calle de Londres al comenzar a lanzarse fuegos artificiales los unos a los otros. Aunque la zona estaba semi vacía, su peligroso juego estuvo a punto de acabar en tragedia, pues casi alcanzan a un repartidor de Just Eat que realizaba un envío por la zona.
Como recoge el medio London World y se puede apreciar en el vídeo difundido, los fuegos artificiales explotaban en dirección a coches y casas residenciales, momento en el que aparece un empleado de la empresa de repartidores Just Eat, y ante la situación decide para junto a uno de los coches.
El empleado, visiblemente desconcertado, observa como varios adolescentes que pasan en bicicleta y le ven no frenan su actividad, hasta el punto en el que uno de ellos lanza uno que pasa a escasos centímetros del 'rider'.
"Fue imprudente, egoísta e increíblemente peligroso. Estos jóvenes demostraron una nula preocupación por su propia seguridad y una total indiferencia por la seguridad de los demás que vivían o simplemente circulaban por la misma calle. Fue un milagro que nadie resultara herido", dijo uno de los vecinos.
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