Los científicos llevan décadas intentando dar con la tecla para saber de qué forma se pueden conservar mejorar los huevos, poder describirlos de una manera más precisa para clasificarlos en su familia correspondiente, y averiguar la posición más adecuada en la que deben estar colocados en ciertos hábitats para evitar que se agrieten y ayudar a aumentar la población de la especie en esas áreas.

Un estudio publicado en la revista científica y académica Royal Society Open Science recoge una fórmula o método que ayudará a los ornitólogos a tratar de una manera más precisa las investigaciones acerca de los huevos de aves.

Método innovador

La nueva fórmula requiere cuatro requisitos o criterios: la longitud del huevo; su anchura máxima; su diámetro en el lugar donde termina su extremo puntiagudo; y la ubicación de su diámetro máximo en relación con el punto medio de su longitud. Agregar esa última variable de diámetro del huevo a la ecuación existente condujo al hallazgo de la investigación.

La mayoría de las aves mantienen sus nidos "relativamente limpios", al menos durante la etapa de incubación, eliminando los detritos y cáscaras rotas de la copa del nido. Este comportamiento de higiene de las aves en los nidos ha sido objeto de dicha investigación, ya que según el informe, al eliminar objetos extraños del nido, las aves parentales pueden "obtener beneficios de aptitud física aumentando la eficiencia de la incubación y reduciendo la infección u otros peligros para el éxito de la incubación".

A partir de este comportamiento, los investigadores analizaron los mecanismos sensoriales del rechazo a ciertos huevos (aquellos que son considerados defectuosos porque han sido dañados) y evaluaron dónde puede estar el umbral entre un huevo que es aceptado y uno que no, siguiendo los patrones de higiene y cuidado que siguen las propias aves.

Asimismo, la mayoría de los estudios anteriores no aplicaron un método continuo para estudiar el desarrollo de la forma de un huevo. En cambio, esta investigación utilizó objetos impresos en tres dimensiones, diseñados a priori para diferenciarse de los huevos naturales y ver qué reacción tenían las aves parentales ante los estímulos que producían las diferentes formas geométricas artificiales.

Royal Society Open Science

Este método ha permitido comprender mejor los límites sensoriales y los umbrales de las aves en el reconocimiento y el rechazo de sus huevos en diversos hábitats o nidos.

Utilidades alimentarias y de conservación

A partir de este informe se podrá a calcular la forma y los diseños que deberán tener ciertos recipientes para huevos. Según lo acolchados o ajustados que estén, se minimizarán los riesgos para que las cajas de huevos no sean tan sensibles y los huevos no se rompan.

Además, otra de las conclusiones que aporta el informe es la capacidad de precisión para conocer las dimensiones específicas de un huevo con el fin de ayudar a los investigadores a calcular qué partes son más vulnerables al agrietamiento y cómo colocarlas mejor en ciertos hábitats para ayudar a aumentar la población de las especies.