Más allá de la enfermedad: Sanidad se prepara para abordar la "fragilidad" que provoca la edad 

  • Un 18% de la población está aquejada de este deterioro del cuerpo que los expertos afirman que sí puede evitarse. 
  • Sanidad apuesta por promover "entornos saludables" para los mayores para evitarla.
Personas mayores en un taller para aprender técnicas literarias.
Personas mayores en un taller para aprender técnicas literarias.
Cedida por Fundación La Caixa
Personas mayores en un taller para aprender técnicas literarias.

En medio de la reflexión sobre cómo abordar el tratamiento a las personas mayores o sobre cómo afrontar las enfermedades crónicas o las situaciones de dependencia ha surgido un nuevo concepto, que la pandemia ha espoleado todavía más. Se trata de la "fragilidad", el deterioro fisiológico que se produce particularmente a partir de los 65 años y que el Ministerio de Sanidad apuesta por abordar, porque se puede "modificar" para mejorar su calidad de vida.

"El aumento de la esperanza de vida no ha supuesto un aumento similar de los años ganados en la calidad de vida o buena salud". Esta es la conclusión que sacan cinco expertos de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad en el número de junio de la Revista Española de Salud Pública, que piden abordar esta cuestión, "revisar el modelo de cuidados" para lograr que las personas mantengan durante el mayor tiempo posible su "capacidad funcional".

Esta cuestión entronca directamente con el concepto de "fragilidad" que, a diferencia de otras consecuencias de envejecer como las enfermedades crónicas, la discapacidad y la dependencia, sí es "modificable y, por tanto sujeto a intervención".  "Es una condición prevenible, tratable y reversible", afirman y piden "recursos necesarios" para llevar a cabo acciones que contribuyan a ello.

Los expertos definen la "fragilidad" como "un deterioro progresivo, relacionado con la edad, de los sistemas fisiológicos". Como resultado, disminuye la capacidad de los cuerpos, que los hace más vulnerables. El fenómeno no es nuevo, pero ha quedado muy en evidencia durante la pandemia, cuando la fragilidad se ha convertido en un factor de riesgo más para padecer la Covid de forma grave o fallecer por su causa.

En términos generales, el 18% de la población española está aquejada de fragilidad, particularmente entre los mayores de 65 años, que representan el 19% de la población, casi la misma proporción. Tomando en cuenta toda la población, la prevalencia desciende al 12% pero aumenta el 45% si el análisis se hace en ámbitos como la atención primaria, hospitales o residencias.

Además de ser un factor de vulnerabilidad en sí mismo, la fragilidad es "el mejor predictor" de problemas de salud, apuntan los expertos del Ministerio de Sanidad, que recuerdan que abordar esta cuestión es una de las "acciones priorizadas" de la Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención del Sistema Nacional de Salud.

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