Afectados por el aceite de colza se han encerrado en El Prado y han amenazado con ejecutar "el descanso eterno"

Un grupo de afectados por el síndrome tóxico del aceite de colza protagonizan en estos momentos un encierro protesta en el interior del Museo del Prado, en concreto en la sala de Las Meninas de Velázquez, y amenazan con "ejecutar en directo el descanso eterno" mediante la "ingesta de pastillas" si el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no acepta un encuentro con la asociación que les representa antes de que finalice el mes de octubre.
Un grupo de afectados por el síndrome tóxico del aceite de colza protagoniza un encierro protesta en el interior del Museo del Prado.
Un grupo de afectados por el síndrome tóxico del aceite de colza protagonizan en estos momentos un encierro protesta en el interior del Museo del Prado, en concreto en la sala de Las Meninas de Velázquez, y amenazan con "ejecutar en directo el descanso eterno" mediante la "ingesta de pastillas" si el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no acepta un encuentro con la asociación que les representa antes de que finalice el mes de octubre.
El grupo de afectados por el síndrome tóxico en el interior del Museo del Prado.
JORGE PARÍS

Seis afectados por el síndrome tóxico del aceite de colza han protagonizado este martes por la mañana un encierro protesta en el interior del Museo del Prado, en la sala de Las Meninas de Velázquez, donde han amenazado con "ejecutar en directo el descanso eterno" mediante la "ingesta de pastillas" si el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no aceptaba un encuentro con la asociación que les representa antes del final de octubre.

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La protesta ha durado algo más de hora y media, antes de ser abortada por la Policía Nacional con el desalojo por la fuerza a dos de los manifestantes a los que, según la asociación a la que pertenecen, habrían conducido a comisaría. Mientras tanto, la dirección del Museo del Prado convencía al resto de los afectados por la colza de deponer sus intenciones. Pasadas las 12.30 horas, el museo recobraba la normalidad.  

En la puerta principal de El Prado, María García, portavoz de la Plataforma Síndrome Tóxico-Seguimos Viviendo, informó a 20minutos de que la Policía sacó por la Puerta de Velázquez, en el Paseo del Prado, a su compañera Carmen Cortés, y después a otro protagonista de la protesta, al que ha identificado como Luis Miguel. Fuentes de la Policía Nacional, por su parte, no confirman a esta hora si la operación se ha saldado con algún detenido.

Uno de los afectados por el aceite de colza hace declaraciones a los medios. (20minutos)

Una hora después de iniciada la protesta, la dirección del Museo del Prado convencía a los otros cuatro manifestantes dejar libre la sala del museo y trasladar su denuncia pública al exterior de la pinacoteca. El primero en salir a la calle ha sido Miguel Ángel Sánchez Ávila, en silla de ruedas, y ha sido recibido con aplausos por un grupo de medio centenar de compañeros de la plataforma de afectados por la colza

Visiblemente nervioso, Sánchez Ávila ha empezado lamentando que no pudieran acompañarle sus compañeros de protesta Carmen y Luis Miguel, quienes habían sido expulsados previamente del Museo del Prado por efectivos de la Policía.

Preguntado por las intenciones de la protesta, Sánchez Ávila, enfermo desde los 11 años, ha explicado que su intención era pedir audiencia al presidente del Gobierno. "No contesta ni a nuestros correos ni a nuestras cartas. Recibe a todas las víctimas y a nosotros, no", ha manifestado.

Sánchez Ávila ha denunciado falta de ayudas, escasez de investigación sobre el síndrome tóxico y una atención sanitaria deficitaria a los "entre 17.000 y 20.000" afectados de la colza que siguen vivos. Personas mayores que, según la asociación, están sufriendo "fibromialgia, tumores y una calidad de vida que no puede ser decente con pensiones no contributivas de 300 euros".

Unos pasos detrás de Sánchez Ávila salía del museo Mercedes García Rambla, otra de las afectadas por el aceite de colza protagonista de una protesta inédita en la historia reciente del Museo del Prado. 

"No nos han dejado otra alternativa que venir a un sitio tan emblemático. No queríamos hacer ningún daño. Hemos entrado pacíficamente", ha explicado. "Lo único que queríamos era buscar un interlocutor para hablar con el presidente del Gobierno. Solo hay una consulta en el Hospital 12 de Octubre para las víctimas que seguimos vivas. Necesitamos unas pensiones mejores de las que se dieron y se descontaron con las mal llamadas indemnizaciones. Hay personas como Miguel Ángel que no tienen otra forma de vivir que un subsidio de 400 euros", ha denunciado García Rambla, de 61 años, que sufre una grave afectación neuromuscular y síndrome ansioso depresivo. 

García Rambla ha admitido que estaban dispuestos a quitarse la vida con la ingesta de pastillas, una decisión conjunta que tomaron tras tener la impresión de que se les habían cerrado todas las puertas y ya nadie les escuchaba.

Tres policías vigilan el exterior del Museo del Prado, donde se han encerrado varios afectados de colza.
Tres policías vigilan el exterior del Museo del Prado, donde se han encerrado varios afectados por el aceite de colza.
JORGE PARÍS

La dirección de El Prado ha confirmado a 20minutos que el museo ha permanecido abierto a visitantes toda la mañana, si bien ha habido que cerrar los accesos a la sala de Las Meninas durante una hora y cuarto, y se han formado pequeñas colas hasta la una de la tarde. 

Según el museo, la mujer expulsada del museo fue desalojada por la Policía después de amenazar con ingerir varias pastillas y al intentar uno de los agentes arrebatárselas de la mano. Mientras el segundo lo fue por seguir a su compañera. La operación para desactivar la protesta ha estado dirigida por la brigada de la Policía Nacional ubicada de forma permanente en El Prado.

"Acto de dolor"

En un comunicado en redes sociales, la asociación Plataforma Síndrome Tóxico-Seguimos Viviendo, advertía desde primera hora de este martes de que su protesta constituiría "un acto de dolor". Decían que estaban en ayunas y que comenzarían a ingerir pastillas pasadas las seis horas de su presencia en la sala del museo. Era el tiempo que daban al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para acceder a un encuentro y escuchar sus demandas. 

La plataforma explicaba que había elegido el museo porque a muchas víctimas de la colza la cultura les ha servido para no rendirse. Además de para lograr "visibilidad mundial" para su causa.

"Si a lo que esperan es a que muramos para acabar con el problema, tendremos que utilizar lo que nos queda de nuestra mermada vida y les daremos el privilegio de ver en directo nuestro descanso eterno", se podía leer en el comunicado.

La plataforma de afectados por la colza ha elegido como fecha de la protesta el 19 de octubre para hacerla coincidir con el 40 aniversario de la aprobación del decreto ley de protección a las víctimas del síndrome tóxico y a sus familiares con el que dicen que se sienten desamparados. Cuarenta años después han reivindicado en El Prado reparación, homenajes, dignidad, asistencia médica especializada y más investigación, entre un conjunto de 21 reclamaciones que todavía confían en poder plantear personalmente al presidente del Gobierno.

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