La justicia China ha aplicado la pena más severa de su ordenamiento jurídico contra Tang Lu, el hombre que asesinó a su esposa durante una transmisión en vivo en la red social Douyin. El acusado roció con gasolina a la bloguera Lamu y la prendió fuego causándole graves heridas por las que tuvo que ser evacuada al hospital. Tras semanas hospitalizada, la mujer tibetana murió el 30 de septiembre de 2020, a la edad de 30 años.

Por este crimen, un tribunal de Pekín emitió una sentencia de muerte contra Tang y calificó el crimen como "extremadamente cruel y con impacto social extremadamente malo".

Tampoco era la primera vez que Lamu recibía abusos por parte de su exmarido. Varios reportes indican que la joven bloguera se acercó a la policía en repetidas ocasiones para denunciar actos violentos, pero los agentes determinaron que los hechos respondían a "asuntos familiares". De hecho, después de separarse, las amenazas vertidas por Tang acabaron entregándole la custodia de sus hijos.

El caso ha levantado mucha polémica en el país asiático, volviendo a abrir debates acerca de la violencia estructural que muchas mujeres sufren a a diario. Las redes también se han unido para denunciar el trágico suceso y mostrar su apoyo a una bloguera muy querida. Lamu tenía casi 800.000 seguidores en redes y millones de `me gustas´ en publicaciones de todo tipo. Cocinaba, cantaba canciones y hacía reír a sus fans hasta que su exmarido le arrebató la vida.