El déficit público se mantendrá por encima del 3% del PIB hasta, al menos, 2025. Esto significa que España seguirá por encima del objetivo de déficit que marca Europa -una regla que se decidió suspender temporalmente por la pandemia- durante los próximos tres años. Cierto es, no obstante, que la previsión del Gobierno es reducirlo del 8,4% de 2021 al 3,2% en 2024, según lo expuesto por el Ejecutivo en el cuadro macro que acompaña a los Presupuestos Generales del Estado (PGE), aprobados este jueves en un Consejo de Ministros extraordinarios.

"Seguimos comprometidos con la reducción del déficit y la deuda pública", ha señalado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Esa bajada del déficit será de casi tres puntos y medio para el próximo año. De acuerdo a las previsiones del Ejecutivo, bajará del 8,4% con el que cerrará este ejercicio al 5% del PIB cuando finalice 2022. Este déficit se repartirá entre la Administración central (un 3,4%), la Seguridad Social (0,5%) y las comunidades autónomas (0,6%). Para el año siguiente prevé que el déficit se sitúe en el 4%, reduciendo los gastos de la Administración central, que cuando finalice 2024 habrá reducido su desequilibrio del 3,8% al 2,5%. Montero también prevé que la deuda se reduzca, del 120% actual, al 119,5% cuando finalice 2022 y al 115,1% cuando termine 2023.

El Gobierno supera el primer escollo para los Presupuestos y el Congreso acepta suspender la regla de gasto por la Covid

Montero ha asegurado que la pandemia generó un "déficit provisional elevado", pero ha añadido que la recuperación permite avanzar "de formar rápida hacia la reducción del mismo". En este punto, ha declarado que el aumento de la inversión de los PGE (que cuenta con una cifra récord de 40.000 millones de euros) no supondrá el aumento del déficit. Además, ha señalado que "no se ha suspendido la responsabilidad fiscal", aunque sí ha recordado que están interrumpidas las reglas de déficit. 

Cabe recordar que el Congreso aprobó en septiembre, por segundo año consecutivo, que el Ejecutivo pueda esquivar la regla de gasto y abrir el grifo de la inversión sin estar constreñido por cumplir objetivos de déficit. Esto se pudo hacer gracias a que la Unión Europea suspendió sus reglas fiscales hasta 2022. Esas cifras son las mismas desde 1997, cuando los Estados miembros acordaron el llamado Pacto de Estabilidad y Crecimiento, por el cual la deuda pública no podía exceder del 60% del PIB mientras que el déficit público no podría ser superior al 3%. 

Sin embargo, falta por ver si se prorroga la suspensión de dichas reglas durante unos años más, puesto que España las incumplirá hasta por lo menos 2025. En ese caso, la Comisión Europea podrá exigir un plan de medidas correctoras a aplicar y, si no se cumplen, un paquete de sanciones. Con todo, lo cierto es que en los últimos diez años casi nadie ha cumplido con estos porcentajes de deuda y déficit. En lo referente al equilibrio presupuestario, Alemania cumplió entre 2011 y 2019: Italia, de 2014 a 2019 y Francia lo hizo en 2017, 2018 y 2019, justo antes de la crisis de coronavirus.