Así ha cambiado el turismo que recibe España con la pandemia: los franceses superan a los británicos por primera vez

La playa de la Malvarrosa, abarrotada durante el segundo fin de semana de junio.
La playa de la Malvarrosa, abarrotada durante el segundo fin de semana de junio.
KAI FORSTERLING / EFE
La playa de la Malvarrosa, abarrotada durante el segundo fin de semana de junio.

Pocos sectores de la economía han sufrido un daño tan fuerte y tan prolongado por culpa del coronavirus como el turismo. Las cifras de visitantes que recibe España cada mes palidecen todavía, año y medio largo después, si se comparan con los registros anteriores al virus. Pese a que el turismo doméstico ha experimentado un auge sin precedentes durante la pandemia, no ha sido suficiente como para compensar la ausencia de extranjeros. Sin ir más lejos, el pasado agosto apenas visitaron España 5,2 millones de turistas internacionales, la mitad de los que llegaron el mismo mes de 2019.

Tal ha sido el desplome en las llegadas de foráneos que, por primera vez desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE) comenzó a publicar estos datos en 2016, Francia ha desbancado al Reino Unido como principal país exportador de turistas extranjeros a España. 

Desde marzo de 2020 y hasta agosto han pasado por España 6,2 millones de viajeros franceses, el doble que los 3,1 millones de británicos que lo han hecho en ese mismo periodo. De hecho, uno de cada cuatro de los 25 millones de extranjeros que han pasado por España durante la pandemia era francés, y en agosto el 20% del gasto de todo el turismo extranjero (1.183 de 5.900 millones de euros) procedía de Francia.

Las razones de ese sorpasso francés a los británicos no son ningún secreto. Las férreas restricciones a los viajes internacionales impuestas en todo el mundo han frenado en picado los viajes en avión. Y el Gobierno del Reino Unido ha sido especialmente receloso a la hora de permitir los desplazamientos a sus nacionales. De hecho, no fue hasta el lunes de esta semana cuando los británicos han podido regresar a su país desde España, fuera cual fuese su estatus vacunal, sin una PCR negativa. 

También, aunque en menor medida, el efecto de las trabas que ha impuesto el brexit puede haber desincentivado los viajes a Europa, aunque esto resulta mucho más difícil de medir por el solapamiento con la pandemia. "El brexit en un primer momento provocó una pérdida de poder adquisitivo de los británicos por la fuerte devaluación de la libra", destaca Bartomeu Deyá, vicedecano de la Facultad de Turismo de la Universidad de les Illes Balears (UIB). "En los primeros meses de pandemia se detectó un descenso de británicos a zona euro por esa pérdida de poder adquisitivo", añade, aunque matiza que "ahora mismo discernir qué parte se debe al brexit y cuál a la pandemia es muy complicado". 

La incógnita está ahora en saber cómo y cuánto de ese turismo británico se recuperará y cuál se habrá ido para siempre. "El turista británico sigue queriendo viajar, pero tiene una baja posibilidad de conectividad aérea", sostiene Deyá. La escasez en la oferta aérea y la menor actividad de turoperadores como Tui o Jet2holidays, que tradicionalmente acercaban a muchos británicos a España, también han pesado mucho.

El turista del Reino Unido, apunta el vicedecano de la UIB, "es muy sensible al precio, no es tan leal como el alemán. El hecho de que se encarezcan los destinos hace que elijan otros", agrega. Sin embargo, a favor de España juega que el británico es también un viajero acomodaticio: cuando prueba un destino y le gusta no suele arriesgar. "Al británico, como no le gusta mucho la aventura, repetirá históricamente", dice el profesor de la UIB.

Turista francés: de carretera y Mediterráneo

Aunque el número de turistas de todas las nacionalidades se ha desplomado, los franceses han resistido algo mejor que otras nacionalidades. De los tres países que más viajeros exportaban en 2019 a España (Reino Unido, Francia y Alemania), Francia es el que mejor se ha recuperado y solo está un 36,1% por debajo del nivel precrisis. En cambio, Alemania (40%) y especialmente el Reino Unido (67% menos) lo han llevado peor.

El motivo por el que el turismo francés ha resistido mejor no podía ser otra que la cercanía geográfica. Y es que según datos del INE correspondientes al pasado agosto el 60% de los viajeros procedentes de Francia viajó a España en coche frente al 40% que lo hizo en avión y solo el 1,3% que empleó el tren. Además, prefieren mayoritariamente destinos no muy alejados a los Pirineos. En agosto, casi uno de cada tres franceses que viajó a España lo hizo a Cataluña, un 22,1% optó por la Comunidad Valenciana y el 15% eligió Baleares.

"El turista francés siempre ha estado ahí, pero nunca había tenido las magnitudes que tiene ahora", destaca Deyá. Una de las claves de cara al futuro estará en si España es capaz de fidelizar a un viajero que suele ser más esquivo. "El turista británico, cuando un destino le gusta, repite cada año sistemáticamente. El francés todavía no sabemos si vamos a lograr fidelizarlo", pues "no es tan repetitivo", concluye.

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