El 64% de los universitarios sénior son mujeres: "Estudiar las libera de los mandatos de género"

  • Los programas de estudios para mayores aportan beneficios como el ejercicio de la memoria, la socialización y un aumento de la autoestima.
Una mujer leyendo.
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EUROPA PRESS - Archivo
Una mujer leyendo.

Nunca es tarde si la dicha es buena, y el conocimiento siempre lo es. 17 universidades de habla catalana -de Catalunya, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y Andorra- llevan años impulsando un programa de formación sénior, dirigidos a la población mayor de 50 años para "promover un envejecimiento activo y humanizador”. En el curso 2019-2020, este programa contó con más de 18.000 matriculados, que representaron el 6% de los estudiantes en relación al total de matriculados en grados y másteres.

El 64% de las personas inscritas fueron mujeres, y precisamente ellas son las que han reportado mayores beneficios en el estudio sobre el impacto social en los estudiantes de los programas sénior que este martes ha presentado la Xarxa Vives d’Universitats, para el que se entrevistaron a 943 estudiantes.

“Se trata de una generación que, en algunos casos, no tuvo la oportunidad de acceder a la universidad. Esto afectó especialmente a las mujeres, al considerarse un espacio reservado a los hombres, que eran quien se suponía que tenían que trabajar en el ámbito productivo”, ha apuntado Montserrat Garcia-Oliva, investigadora principal de la investigación. "Estudiar las libera de los mandatos de género"

Así, los programas sénior de las universidades brindan una segunda oportunidad a aquellas mujeres que dedicaron su vida a ser esposas y madres. “Ahora puedo tener conversaciones que antes no podía”, aseguran algunas de las estudiantes, al haber visto incrementado su nivel cultural y, en consecuencia, su propia autoestima.

Igualmente, la educación en edades más avanzadas presenta múltiples beneficios tanto en hombres como mujeres. Entre ellos, está el aumento de la socialización en unas edades en que la soledad es un problema creciente; así como beneficios físicos por el aumento de la movilidad. 

Los encuestados también han reportado una reducción de sentimientos de ansiedad o depresivos previos, y la mejora de la memoria gracias a ejercicios que fomentan la reflexión, el espíritu crítico y la curiosidad científica.

Así mismo, el hecho de tener de nuevo una rutina y la “obligación” de asistir a la universidad, tienen también un efecto de “agenda-terapia”, según el estudio: “Facilita que los jubilados vuelvan a conectar con el exterior y a implicarse socialmente, evitando el aislamiento y la soledad, y obligándole a no descuidarse, a la vez que aumenta su ilusión por vivir”.

Caída de las inscripciones por la pandemia

Si bien para el curso 2019-2020 las formaciones sénior universitarias en las 17 universidades de la Xarxa matricularon a más de 18.000 personas, en el curso siguiente, ya en plena pandemia, las inscripciones cayeron hasta la mitad. El motivo fue que la formación se dio íntegramente en formato ‘on-line’, y los estudiantes echaban de menos el hecho de salir de casa y encontrarse cara a cara con sus compañeros. 

Este año, al recuperar la presencialidad, las universidades esperan volver a las cifras anteriores. El período de matriculación para este curso 2021-2022 se abrirá el 27 de septiembre.

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