Piden 17 años de cárcel para un hombre acusado de abusar sexualmente de la hija de su pareja

Según el escrito de acusación, la menor llegó a España con siete años de edad, procedente de Rumanía -de donde son originarias madre e hija- y donde permanecía al cuidado de sus abuelos, para vivir con su madre y con el marido de esta, el acusado.

"Con ánimo de satisfacer su instinto sexual y consciente de que menoscababa la indemnidad sexual de la víctima", señala el Ministerio Fiscal, entre 2005 y 2006 -contando la menor con ocho y nueve años-, el acusado la desnudaba en el sofá del Salón o en la cama de la habitación y le realizaba tocamientos en las partes íntimas, al tiempo que se masturbaba, "desconociendo totalmente la víctima lo que aquello significaba".

Los hechos tenían lugar, además, cuando la progenitora de la menor no se encontraba en la casa y con una frecuencia de dos o tres veces por semana.

REINCIDENCIA

Según relata el escrito, la víctima se fue a Rumanía a los nueve años para volver a España ya con 12, momento en el que convivió con el acusado y su madre, entre los años 2010 y 2011, cuando el acusado "volvió a las andadas", pero esta vez con penetración vaginal.

Durante tres o cuatro meses, el acusado desnudaba a la menor, "haciendo caso omiso de la negativa de la víctima", que se revolvía y decía expresamente "no". Antes de penetrarla le exigía tocamientos a fin de que lo excitara y durante los actos sexuales el acusado le besaba y tocaba los pechos, además de besarla en el cuello. Le agarraba los brazos para evitar que se apartara y le exigía silencio diciendo que era algo "entre los dos".

El auto de la Fiscalía indica que el acusado se aprovechaba de su posición de poder, adquiriendo una "autoridad paternalista e impositiva con la excusa de educarla y encaminarla". Cuando la víctima mostraba su negativa a las pretensiones del acusado, este la forzaba a que accediera diciéndole que, de negarse, no le dejaría realizar cosas que a ella le gustaban y eran propias de su edad.

Además, el clima familiar tampoco ayudó a la situación, puesto que como se recalca en el escrito, la madre de la menor "no supo ver el daño que el acusado estaba causando en la menor y no se posicionó para paralizar esa situación, lo que impidió una comunicación fluida y de confianza entre madre e hija". El acusado desacreditaba a la víctima en detalles cotidianos ante su madre, riñéndole y echándole la culpa de cosas de sucedían en el hogar, por lo que la víctima "vivió una situación de aislamiento a nivel de comunicación".

DENUNCIA JUNTO A SU PAREJA

Cuando la víctima inició una relación amorosa con otro joven, "y ante la dificultad para las relaciones sexuales", compartió con este lo que le había sucedido, tras lo que ambos acudieron a denunciar los hechos, en 2014. El escrito apunta además que, instantes antes de la denuncia y tras saber la progenitora que su marido iba a ser denunciado, así como los motivos de la misma, esta le pidió a su hija que no lo hiciera "sin mostrarle su apoyo".

Se decretó entonces, mediante un auto del Juzgado de Ribeira -donde vivían los implicados-, la prohibición del acusado de acercarse a menos de 200 metros de la víctima y de comunicación con ella por cualquier medio. Este auto, además, acordó privar a madre de la custodia de la joven, que fue acogida por la madre de su pareja. La víctima comenzó a recibir tratamiento psicológico al serle diagnosticado un trastorno ansioso depresivo y dificultad para mantener relaciones afectivas y sociales, "un trastorno que estaba presente cuando fue peritada, con 20 años de edad".

Por estos hechos, la Fiscalía pide para el acusado 17 años por dos delitos de abuso sexual continuado -3 y 14, respectivamente-, así como la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la víctima y de comunicarse con ella por cualquier medio durante cinco años, para el primer delito; y lo mismo por otros 20 años, para el segundo cargo, por el que además se le pide libertad vigilada durante nueve años. El acusado deberá también indemnizar con 100.000 euros a la víctima.