Cómo cultivar orquídeas en casa, paso a paso

Las orquídeas son una de las plantas de interior de origen asiático más llamativas, perfectas para colocar en cualquier rincón del hogar, dándole un toque de luz y elegancia a las estancias. 

Sin embargo, para disfrutar de ellas, hay que tener claros cuáles son los pasos para cultivarlas en el hogar, así como una serie de recomendaciones para que la planta crezca y florezca correctamente. 

¿Cómo plantar una orquídea? ¿Cómo hacer que florezca?

En primer lugar, a la hora de plantar las semillas de orquídea en el hogar, se necesita un recipiente adecuado. Aunque muchos pueden optar por una maceta normal, lo cierto es que lo mejor es usar una maceta transparente, de vidrio o cristal, con el objetivo de que la luz llegue de forma directa a sus raíces. 

Esto tiene su explicación en que las raíces de las phalaenopsis (orquídeas) realizan también la fotosíntesis, por lo que los recipientes o macetas que no dejen pasar la luz son contraproducentes para conseguir un mayor crecimiento y floración de las orquídeas, tal y como indican desde Fronda, la marca especializada en plantas.

Por otro lado, el sustrato o suelo debe ser uno específico para orquídeas, que se puede encontrar en cualquier vivero o tiendas especializadas en jardinería. De hecho, estos sustratos son porosos, de tal modo que filtran bien el agua para evitar los encharcamientos de la planta, algo nefasto para sus raíces. 

En este punto de los encharcamientos también hay que detenerse, ya que la orquídea solamente necesita regarse una vez por semana, aproximadamente, con agua que no esté fría, según Verdecora. El exceso de agua es perjudicial para la planta, por lo que la maceta o recipiente en la que se plante debe contar con un buen sistema de drenaje. 

Por otro lado, se puede ayudar a la floración con un abono especial para orquídeas, que se debe añadir cada 10 días y tampoco hay que excederse en su uso. 

Una vez cultivada, la maceta ha de colocarse en un lugar muy luminoso del interior del hogar, ya que la luz es otra de sus necesidades básicas. Además, habrá que protegerla de corrientes de aire y del frío, ya que no soporta la bajas temperaturas y requiere entre 20º y 25ºC.