Un brote de COVID-19 originado a principios de agosto en una residencia de ancianos de Olot (Girona) ha provocado el fallecimiento de siete usuarios del centro a causa de la enfermedad.

En total, 15 ancianos y 6 trabajadores han dado positivo en las pruebas realizadas a los usuarios y al personal, según informa RTVE. El primer caso se detectó en un cribado rutinario y correspondía a una de las empleadas, lo que provocó que saltaran todas las alarmas. 

Tras este primer positivo, se realizaron pruebas a los 53 residentes y los 44 trabajadores de la residencia Torreblanca del municipio Sant Joan les Fonts (Olot) y se confirmó el brote, con 21 personas contagiadas, de acuerdo con Nius. 

Según el Departamento de Derechos Sociales de la Generalitat de Catalunya, el brote ya está controlado y solo quedan ocho personas positivas, que son totalmente asintomáticas.

Actualmente, hay otro brote en Cataluña, en una residencia de Tarragona con nueve ancianos contagiados.