España evacúa el primer avión de Afganistán en plena incertidumbre por la supuesta 'evolución' de los talibanes

Embarque de la repatriación de españoles y colaboradores en Kabul.
Embarque de la repatriación de españoles y colaboradores en Kabul.
MONCLOA
Embarque de la repatriación de españoles y colaboradores en Kabul.
Despega de Kabul el primer avión con repatriados españoles y afganos.
EFE

El mundo mira a Afganistán. Con recelo, en medio del caos, pero les mira al fin y al cabo. Los talibanes ya van dejando tras de sí las primeras víctimas tras una toma de poder exprés que ha movido del todo el tablero internacional. Este miércoles una movilización por Kabul se saldó con tres muertos y en torno a una docena de heridos. El grupo trabaja al menos de puertas para fuera en proyectar una nueva imagen, más inclusiva según ellos con las mujeres "siempre de acuerdo a las leyes de la sharía". 

En terreno muy pantanoso España juega también su papel, ahora centrado en dar seguridad. Este miércoles despegó el primer avión español, con medio centenar de personas, desde Kabul y llegó a Dubai para evacuar al personal diplomático y a los colaboradores, y van de camino otros dos para continuar con las labores, que podrían cumplir con el objetivo a última hora o ya este jueves a más tardar. Uno de ellos es medicalizado, para prevenir posibles contratiempos. Además, este miércoles Sánchez presidirá una reunión interministerial en la que participarán los ministerios de Exteriores, Defensa, Interior, Migraciones y Sanidad para supervisar y organizar el regreso de los repatriados. El presidente del Gobierno volverá el viernes de sus vacaciones.

Pero los movimientos de los talibanes, a pesar de sus intenciones, no es creíble. La situación puede resumirse con una sola palabra: incertidumbre. Tanto esa así que los diferentes gobiernos navengan entre la opción de abrirse al diálogo, como la UE o Estados Unidos, o declararlos como "terroristas", tal como ha hecho Canadá.

El propio Pedro Sánchez de hecho sigue de cerca la labor de repatriación y mantuvo una reunión telemática con los ministros de Defensa y Exteriores, y lo hace en un momento en el que aumentan las críticas contra él por estar desaparecido: solo ha tuiteado y no ha hecho ninguna comparecencia pública, algo a lo que sí recurrieron entre otros Emmanuel Macron, Angela Merkel o Boris Johnson. El Gobierno, eso sí, ha ofrecido España como punto de destino del personal evacuado antes de que sea repartido por el resto de países miembros de la UE.

La repatriación es una cuestión cuasi externa, pero en lo que se refiere al papel interno de los talibanes y el nuevo Gobierno tanto Estados Unidos como la UE han pedido a los talibanes que "respeten los derechos de las mujeres y las niñas". Ese punto es quizás el que más preocupa: hasta que punto la mal llamada modernización de los talibanes es fiable. En la Unión Europea, por ejemplo, se mantiene la cautela y no se quiere hablar de reconocimiento. "Todo a su debido momento, ahora lo importante es no dejar a nadie en peligro", apuntan de forma breve fuentes consultadas por 20minutos.

Al mismo tiempo, los talibanes trabajan por blanquear su propia imagen y que no parezca que ellos siguen anclados en 2001, cuando salieron del poder. En la primera aparición pública del grupo han asegurado que desde Afganistán "no se atacará a otro país", que las mujeres "vivirán felices" y podrán ir a la escuela y trabajar y que habrá "libertad de prensa". Por lo pronto eso parecen solo palabras, pues en las redes sociales ya se denuncian secuestros, ataques y entradas por la fuerza en diferentes viviendas.

La crisis en afgana se inició en el momento de la retirada de las tropas de Estados Unidos y de la OTAN, que unida a la tibieza del ejército propició el avance rápido de los talibanes. Nadie va a corregir su decisión, como bien explicó Joe Biden hace días, pero eso no quiere decir que Washington ya no mantenga la mirada en el país. De hecho, va a investigar las muertes que se produjeron estos días en el caos del aeropuerto de Kabul.

Movimiento y tensión a nivel interno

¿Y qué pasa con el traspaso de poderes? Avanza, pero no se sabe hasta qué punto lo hace de manera firme. El expresidente afgano Hamid Karzai y el principal negociador con los talibán, Abdulá Abdulá, se han reunido este miércoles en Kabul con representantes de la insurgencia, sin que haya trascendido por el momento la posibilidad de que las partes acerquen posturas de cara a una futura transición.

La toma de Kabul por parte de los talibán y la huída del país del presidente, Ashraf Ghani, dejó el domingo un vacío de poder que Karzai y Abdulá intentaron paliar al frente de un consejo de coordinación, si bien el vicepresidente primero, Amrulá Salé, reivindicó el martes que es él el mandatario legitimo. Mientras, Ghani se encuentra en Emiratos Árabes, que ha asegurado que le acoge "por razones humanitarias".

La llegada a Afganistán de una delegación talibán encabezada por el 'número dos' del grupo insurgente, el mulá Abdul Ghani Baradar, evidenció el martes el inicio de un nuevo proceso que aún está por concretar, en la medida en que tan sólo hay constancia de la voluntad de las partes de hablar, sin medidas concretas sobre la mesa. Del caos el país puede pasar al estancamiento. Y mientras, la comunidad internacional mira y parece que todavía no ha reaccionado ante los acontecimientos.

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