Mi abuelo fue un héroe de Annual: un periodista recupera la historia del "ángel" de los prisioneros del Desastre

  • El periodista Alfonso Basallo recupera en 'El prisionero de Annual' la experiencia de su abuelo en el Desastre: fue uno de los pocos supervivientes del fuerte Dar Quebdani y pasó dos años como prisionero de los rifeños.
  • A su regreso a España se le conoció como el "ángel del cautiverio" y fue uno de los héroes más conocidos de la década.
  • En estos días se cumple el primer centenario del Desastre de Annual.
El sargento Francisco Basallo
El sargento Francisco Basallo
CEDIDA POR PLANETA
El sargento Francisco Basallo

Con 28 años, en el abrasador y sangriento verano de 1921, Francisco Basallo se convirtió en prisionero. Destinado en el campamento de Dar Quebdani, los españoles, tras la caída de Annual y la muerte del general Silvestre, deciden rendirse. Pero los rifeños no respetan la capitulación y masacran a los rendidos desarmados. Uno de los pocos supervivientes es un sargento cordobés, soltero y de 28 años. Francisco Basallo cae preso de los rifeños y, tras el infierno de la derrota, llegará el del cautiverio. Con ingenio y determinación sobrevivirá y volverá a casa dos años después.  

El sargento tuvo suerte, durante aquellas dos semanas, casi 10.000 compatriotas perderían la vida en el norte de África. Soldado, prisionero y valiente. Basallo se convertirá en uno de los héroes más populares de la España de los años 20. Soldado, prisionero, héroe y abuelo. Porque precisamente es uno de esos nietos que escucharon sus historias de la guerra de Marruecos el que le ha rescatado en forma de libro cien años después, en El prisionero de Annual (Planeta, 2021).

"Yo lo conocía como un viejecito tranquilo y discreto", rememora el periodista Alfonso Basallo (Zaragoza, 1957), "que algo nos contaba de la guerra de Marruecos a mis hermanos y a mí". Cuando empecé a investigar, me di cuenta de su altura". La de un hombre que tras salvar el pellejo, tras beber orines por pura necesidad, vivió en un campo de prisioneros donde, sin formación, acabó montando un equipo médico para atender a sus compañeros, asesorado en la distancia, por un teniente médico que estaba con los oficiales. "Mi abuelo llegó a amputar el brazo a amputar un brazo al hijo de un líder rifeño, con mucho miedo, claro porque si salía mal... Al final salió bien y les regaló tortas y gallinas a los prisioneros", explica. Los periódicos de la época le calificarían como "el ángel del cautiverio" y Valle-Inclán le citaría en sus Luces de Bohemia.

Porque si Annual es una tragedia colosal, el cautiverio de aquellos prisioneros, su esforzada supervivencia, parece digno de una película de Hollywood. Hambre, enfermedades, maltrato, supervivencia...

Basallo en la Guerra de Marruecos
A la derecha, el sargento Basallo en Tafersit, un año antes del Desastre de Annual. 
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"Fue después de su muerte cuando el tema me interesó de manera más extensa", afirma Basallo. "Tuve la suerte de que viviera hasta los 90 y tantos, además escribió un escueto librito sobre su experiencia, aunque no se metía en los temas más turbios por la censura militar". Eso sirvió a Basallo nieto como un punto de partida que le llevó a su hoja de servicio, a libros, declaraciones de otros prisioneros, que le sirvieron para reconstruir el desastre desde el punto de vista de los 500 españoles que fueron capturados.

Narrado en primera persona, Basallo niega que el libro sea una novela: "Es una crónica periodística hecha de manera retrospectiva porque todo es rigurosamente cierto, no hay nada inventado". Aunque sí reconoce que usó la primera persona para dar "más expresividad al retrato" y porque, "como le conocí, me quise poner en su pellejo".  El autor lo ve como "un gran reportaje", donde fue cruzando los recuerdos de su abuelo con los de otros protagonistas, documentos de la época e investigaciones de historiadores.

La coincidencia de su abuelo con otros militares españoles que vivieron otros hechos de Annual sirve a Basallo para reconstruir el Desastre y contar las historias del teniente Casado, en Igueriben, o el general Navarro, que asumió el mando de las tropas españolas tras la muerte de Silvestre. O de Juan Maroto, "un señorito bien que fue a la guerra y se encontró defendiendo un aeródromo de los rifeños. Aguantó diez días, comiendo cartones y bebiendo de los radiadores de los aeroplanos. Cada uno de ellos daría para una novela", asegura el autor.

El prisionero de Annual
El prisionero de Annual
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Un centenario olvidado

Salvo por algunos libros, el centenario del Desastre de Annual que se cumple en estos días pasa totalmente desapercibido. "Fue un tema tabú después, porque se produjo por errores y negligencias de los mandos. Después, en el franquismo tampoco se quiso tocar y cuando más se ha investigado ha sido en los últimos veinte años", explica Basallo.

El periodista explica esta desmemoria porque "fue eclipsado" por la Guerra Civil. "Annual tiene mucho que ver con la llegada de Primo de Rivera, primero, y después con la llegada de la República, por el malestar que el reclutamiento provocó en las clases humildes y que los partidos de izquierda supieron explotar. Además, los militares golpistas que iniciaron la Guerra Civil se forjaron en África y esa guerra fue su ensayo general", explica.

El periodista y escritor Alfonso Basallo

aLFONSO BASALLO

  • Zaragoza, 1957.  Es doctor en Comunicación, periodista y escritor. Participó en la fundación de El Mundo y dirigió el semanario Época y el diario digital Actuall. Es autor, entre otros libros, de La glorieta de Dante, El reportaje de la historia, Julián Marías, crítico de cine y Pijama para dos, coescrito con su mujer, Teresa Díez. Actualmente es coordinador editorial de Nueva Revista, editada por la Universidad Internacional de La Rioja.

Basallo cree que aquellos horrores no impresionan hoy "porque quedan lejos". "Pero es otra memoria histórica que es bueno que conozcamos", asegura, "que mezcla horror, violencia, negligencia, cobardía y heroísmo". El periodista también recoge otra tragedia: la de los que lucharon juntos en África y acabaron en bandos separados en la Guerra Civil. "Navarro, defensor del Monte Arruit fue fusilado en Paracuellos; Casado, único superviviente de Igueriben, ejecutado por los franquistas", relata.

Con todo ello conforma Basallo un brutal relato de aquel olvidado "Vietnam español", donde "a un vieja potencia le salió rana sus deseos de ser potencia colonial y desangró a la juventud de su país" y un hermoso homenaje a su abuelo.

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