Este jueves, Telecinco emitió una gala de Supervivientes presentada por Jorge Javier Vázquez. Se trató de una entrega muy especial, pues fue la antesala de la gran final del reality y en ella tuvo lugar el mítico cierre de La Palapa.

En el programa también se despidió Alejandro Albalá, que se quedó a las puertas de la final tras convertirse en el expulsado número 11. El joven estaba nominado junto a Tom Brusse y Olga Moreno, que fue la primera en salvarse, algo previsible teniendo en cuenta que tan solo era la segunda vez que estaba nominada.

Por su parte, Albalá se había enfrentado a ocho nominaciones en un concurso en el que raramente ha tenido tregua por compañeros como Tom, quien invirtió su energía en molestar al exmarido de Isa Pantoja hasta el final. Durante las últimas semanas, los supervivientes decidieron dividirse en dos grupos, haciendo que Albalá formase un sólido tándem con Olga Moreno.

Quizá por eso no dudó al decir, mientras se despedía, que la madrastra de Rocío Flores era su ganadora indiscutible: "Quiero que gane Olga, y si no puede ser, pues que gane Melyssa", comentó. Habrá que esperar para ver si se cumplen los deseos del joven hasta la semana que viene, que será cuando se celebre la final desde Madrid.

Albalá pone así fin a un concurso marcado por las críticas de sus compañeros ante su parsimonia y pasividad, pero también por su educación y por su semblante ante todo tipo de provocaciones. "Qué bien irse así de Supervivientes", comentó Jorge Javier Vázquez tras su despedida.

Y es que, este se deshizo en palabras bonitas para todos sus compañeros, además de mostrarse muy feliz y agradecido ante la experiencia que acababa de terminar para él: "Ojalá todo el mundo pudiera concursar", dijo.