Junqueras y Puigdemont se reencuentran tras cuatro años de distanciamiento: frialdad pero "sin reproches"

Primer cara a cara entre Junqueras y Puigdemont tras cuatro años.
Primer cara a cara entre Junqueras y Puigdemont tras cuatro años.
EFE
Primer cara a cara entre Junqueras y Puigdemont tras cuatro años.
Primer cara a cara entre Junqueras y Puigdemont tras cuatro años.
Atlas

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se volvieron a ver las caras. El expresidente de la Generalitat recibió este miércoles en su 'sede' de la ciudad belga, en la que se encuentra huido de la justicia española, en el que es el primer encuentro entre ambos en cuatro años y después de que el líder de ERC recibiera el indulto por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. Ambos han querido trasmitir una imagen de unidad dentro del independentismo, a pesar de las diferencias (notorias) que se dan entre Esquerra y JxCat.

El distanciamiento entre ambos fue cada vez mayor a raíz del 1-O y de todo lo que vino después, especialmente con la entrada en prisión de Junqueras y la fuga de Puigdemont a Bélgica. En todo caso, según aseguró el propio Junqueras a la salida del encuentro, fue una reunión "sin reproches" y centrada más en cuestiones "personales" que políticas. Es más, ambos se han emplazado a mantener una nueva reunión en los próximos meses. "Ha sido un encuentro agradable y emotivo", concluyó el exvicepresidente catalán. A pesar de estas palabras, las imágenes fueron más bien frías, con ambos manteniendo las formas pero sin gestos más allá de lo protocolario.

"No tengo por costumbre reprochar nada a nadie, y en sentido contrario tampoco. Ningún reproche y sí un compromiso explícito de luchar por la represión que todos sufrimos y sufre el conjunto de la sociedad", explicó Junqueras ante los periodistas antes de poner fin a su 'mini gira' europea. "Seguiremos luchando frente a esa represión", añadió a su salida.

A su llegada a la localidad belga, Junqueras estaba acompañado por Raül Romeva, Carme Forcadell y Meritxell Serret, además de Dolors Bassa y el rapero Valtonyc. Carles Puigdemont no ha salido a recibirles aunque posteriormente sí han posado todos delante de la casa del expresidente para que la prensa pudiera hacer fotos.

La parada de Junqueras en Waterloo fue la tercera de un viaje que le ha llevado también a Bruselas y a Estrasburgo, donde, en la sede del Parlamento Europeo, mantuvo reuniones con diferentes grupos políticos aunque no dio detalles de las mismas. Las diferencias entre Puigdemont y el que fuera su segundo de a bordo han sido palpables desde la fuga del primero y la entrada en prisión del segundo y en cambio Junqueras aseguró que no tiene "nada que reprocharle" y que "no hay ninguna relación que rehacer".

Puigdemont, por su parte, no ha acudido esta semana al pleno de la Eurocámara en Estrasburgo y decidió "seguirlo desde Bruselas", según sus fuentes. Tampoco ha estado en la ciudad francesa Toni Comín, que el martes comparó la situación de Cataluña con la de Nicaragua, donde la persecución del régimen de Daniel Ortega a opositores y críticos es cada vez mayor. El Alto Representante de la UE, Josep Borrell, calificó de "repugnancia intelectual" esa equiparación hecha por el diputado independentista.

Sánchez pide "no volver a 2017"

Al encuentro entre ambos reaccionó también desde Letonia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien dijo, al hilo de la reunión, que Cataluña y España no se merecen "seguir anclados en 2017" y, por ello, les ha instando a mirar "hacia adelante" y avanzar en el "reencuentro" para superar el "desgarro" que se produjo, y sobre todo, a centrarse en luchar contra la pandemia del covid, que es lo que le "urge" a la ciudadanía.

La realidad es que las divisiones entre las fuerzas secesionistas son claras. Aunque todas coinciden en reclamar la amnistía, el tono de ERC es algo más cauto, sobre todo después de que el propio Junqueras asegurase que la vía unilateral "no es posible ni viable". En cambio, JxCat no cierra la puerta y pide "estudiar todas las opciones".

Cuando ya han pasado casi cuatro años del 1-O aquel Govern está desperdigado entre indultados y huídos, pero el germen del independentismo se mantiene, aunque ahora en otro contexto. El actual presidente de la Generalitat Pere Aragonés aseguró de hecho este jueves en que la salida es un referéndum de autodeterminación, que, dice, es "inclusivo" porque la gente "puede votar no". El Gobierno central se cierra en redondo y el propio Sánchez apuntó desde el Congreso que "no habrá referéndum". Moncloa, en todo caso, sí se abre a otra opción como el referéndum "consultivo" -contemplado en el artículo 92 de la Constitución- por ejemplo, según dijo el ministro Miquel Iceta, sobre una reforma del Estatut.

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