La prejubilación consiste en un pacto entre la empresa y el trabajador para que este último cese su actividad laboral antes de llegar a la edad legal de jubilación establecida, una situación que suele darse en determinados casos.
Esta prejubilación no está regulada en la Seguridad Social, que solamente regula la jubilación anticipada, dos términos que no hay que confundir. La jubilación anticipada es una forma legal de acceder a la pensión por jubilación antes de tiempo, algo que sucede, por ejemplo, cuando el trabajador tiene un empleo "de naturaleza excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre y, acusen elevados índices de morbilidad o mortalidad" o una discapacidad, según establece la Seguridad Social.
¿Cuándo se produce la prejubilación?
La prejubilación de un trabajador se da, de forma general, cuando este todavía no cumple los requisitos para conseguir la jubilación anticipada, pero la empresa y el trabajador llegan a un acuerdo para que pueda retirarse antes de tiempo, algo que beneficia a ambos.
En estos casos, es la empresa quien sigue pagando al trabajador, la cual se ve beneficiada porque así puede ir renovando su plantilla y formando a nuevos trabajadores más jóvenes, mientras que el trabajador prejubilado puede descansar a la vez que sigue teniendo una remuneración económica.
Sin embargo, a pesar de este caso más común, lo cierto es que no existe ninguna regulación para la prejubilación, por lo que simplemente es necesario el acuerdo entre empresa y trabajador, sin requisitos.
Los casos más comunes de prejubilación
En primer lugar, hay que saber que la prejubilación no supone la suspensión del contrato de trabajo, sino su extinción, ya que se sustituye por otro contrato que regula las nuevas condiciones laborales anteriores a que el trabajador pueda jubilarse según regula la Seguridad Social, según Iberly.
El caso más común de prejubilación se da cuando el trabajador ya tiene cierta edad, pero no la suficiente para llegar a la jubilación ordinaria o no cumple los requisitos para la anticipada. Por ello, se llega a un acuerdo con la empresa, de tal modo que el trabajador reciba una cantidad de dinero determinada para complementar su prestación por desempleo.
En este tipo prejubilaciones más habituales el trabajador suele quedarse con unos ingresos mensuales que suelen estar entre el 60 y el 100% de su sueldo, según informan desde BBVA.
En estos supuestos, si el trabajador agota su prestación contributiva por desempleo, podrá solicitar el subsidio por desempleo, que puede durar entre 6 a 18 meses. Sin embargo, cuando el trabajador tiene más de 55 años, este subsidio se ampliará hasta que cumpla la edad para acceder a la jubilación anticipada u ordinaria.
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