Flores, poesía y sus hijos unidos: los detalles más hermosos del homenaje a Lady Di

El príncipe Guillermo y el príncipe Harry, en el homenaje por 60º cumpleaños de Lady Di.
El príncipe Guillermo y el príncipe Harry, en el acto por el 60º cumpleaños de Lady Di.
GTRES
El príncipe Guillermo y el príncipe Harry, en el homenaje por 60º cumpleaños de Lady Di.

Era un día señalado y ellos han llegado sonrientes y cómplices y han estado compenetrados descubriendo el monumento y charlando con sus familiares por parte de madre. Como, desde hace tiempo, no se veía a los hermanos. Quizá ese sea el detalle más importante del homenaje que se le ha realizado este pasado jueves 1 de julio, el día que habría cumplido 60 años, a Lady Di.

No ha habido mejor formar de honrar la memoria de Diana de Gales, donde todos los presentes, así como las cámaras, han sido testigos del emotivo momento viendo cómo el príncipe Guillermo y el príncipe Harry aparcaban sus diferencias, enterraban el hacha de guerra que ahora mismo está tan blandida dentro de la familia real británica y firmaban una tregua de manera que diese la sensación de que su madre seguía con ellos.

No han estado en la ceremonia, como estaba previsto, ni Kate Middleton ni Meghan Markle, una circunstancia a tener en cuenta no solo por los protocolos sanitarios, sino porque la duquesa de Cambridge decidió junto a su marido no acaparar los focos (ya visitará toda la familia la estatua de forma privada) mientras que la duquesa de Sussex continúa en Los Ángeles atendiendo a los dos hijos de la pareja, Archie y la recién nacida Lilibet. Tampoco asistieron ni Isabel II ni, por supuesto, el padre de los príncipes y exmarido de Diana de Gales, Carlos de Inglaterra, algo comprensible dado el historial que hay entre ellos.

Ha sido un cariñoso reencuentro en el que la princesa Diana ha sido el centro de atención, mientras sus hijos departían con sus tíos maternos, el conde Charles Spencer, Lady Sarah McCorquodale y Lady Jane Fellowes, mostrando una cercanía que no ha bajado ni un ápice con el paso de lo años, haciendo de alguna forma no escrita que Lady Di estuviese más que orgullosa.

Esto ha quedado explicitado en el comunicado conjunto que han lanzado los nietos de la monarca. "Hoy, en lo que habría sido el 60º cumpleaños de nuestra madre, recordamos su amor, su fuerza y su carácter, cualidades que la convirtieron en un motor para el bien en todo el mundo, cambiando innumerables vidas a mejor. Cada día deseamos que ella estuviese aún con nosotros y esperamos que esta estatua sea considerada para siempre como un símbolo de su vida y su legado", han asegurado antes de agradecer a todos los implicados y a aquellos "que han contribuido a mantener viva su memoria".

Incluso que conversaran animadamente e incluso bromearan entre ellos ha sido una muestra de la vida de placeres sencillos y de pocos alardes que llevó en vida su madre, que ha sido representada en la estatua precisamente con un look como el que llevaba en sus últimos años de vida (quizá una referencia a la felicidad que encontró cuando abandonó Buckingham Palace), con su corte de pelo típico y una camisa abotonada y una falda lápiz, rematada con un cinturón de hebilla grande, sin demasiados alardes.

El autor, el artista Ian Rank-Broadley, ha explicado que buscaba reflejar en una sola imagen la ternura, la elegancia y la energía que Diana de Gales era capaz de transmitir. Desde el Daily Mail apuntan que se habría inspirado claramente en la tarjeta de felicitación navideña (la de 1993) en el que la princesa aparece con un atuendo muy parecido y acompañada por sus dos hijos.

Bajo la estatua, además, y aparte del nombre de Diana, Princesa de Gales y la fecha de este jueves, aparecen unos versos de un poema fúnebre, atribuido al activista sudafricano Grady Poulard, A Measure of a Man (La medida de un hombre), y que ya fue leído durante el décimo aniversario de la muerte de Lady Di, adaptado en este caso a una mujer: "En estas magnitudes se mide el valor de esta mujer como mujer, sin importar su nacimiento. ¿O acaso su posición? Pero, ¿tenía corazón? ¿Cómo jugó con las cartas que Dios le dispuso?".

La estatua ha sido un ubicada en uno de los rincones preferidos por la princesa, The Sunken Garden (El Jardín Sumergido), donde también Harry y Meghan hicieron oficial su compromiso, dentro de las obras de remodelación dentro del paisajismo del complejo del Palacio de Kensington. Alrededor de 4.000 flores y plantas diversas se disponen a su alrededor, elegidas dentro de las que Lady Di más apreciaba, como son los nomeolvides, así como rosas, tulipanes, lavandas o dalias.

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