La pandemia ha truncado los planes de decenas de miles de españoles que pensaban volver a vivir su país, pero no ha frenado los planes de quienes tenían pensado marcharse al extranjero. Según la Estadística de Migraciones publicada este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), 66.293 nacionales abandonaron España en 2020, lo que ha provocado que el saldo migratorio de españoles sea negativo por primera vez en tres años.

En concreto, el país perdió 13.782 ciudadanos españoles, la mayor reducción en esta parte de la población residente desde 2016, cuando el balance fue de 27.252 nacionales menos. 

Pero donde más ha influido la pandemia ha sido en los retornos, que han sufrido la bajada interanual más grande de una serie histórica que se remonta a 2008. El año pasado solo 52.511 nacionales volvieron a instalarse en España, un 61% menos que los 84.458 que lo hicieron en 2019. El gran freno que ha supuesto el coronavirus acabó con siete años consecutivos en los que los retornos no habían parado de aumentar.

Los últimos datos del INE devuelven a España una tendencia a la fuga de nacionales que ya se dio tras el estallido de la crisis de 2008 y que no se frenó hasta 2018. Durante esos diez años, el país perdió españoles, a un ritmo creciente desde los 1.804 españoles de 2008 a los 42.536 de 2015, cuando se alcanzó el pico y comenzó una reducción que duró cuatro años.

Los migrantes evitan que España pierda población

El impacto demográfico de la pandemia ha sido de dimensiones históricas. Según estima el INE el año pasado fallecieron 491.602 personas -el peor dato desde la posguerra- y nacieron 338.435, lo que provocó que se perdieran 153.167 habitantes.

Sin embargo, el peso de las migraciones logró inclinar la balanza y la población española volvió a aumentar por quinto año consecutivo. A enero de 2021 estaban empadronados en el país un total de 47.394.223 habitantes (apenas un 0,1% más que en 2020), lo que supone un nuevo máximo histórico.

La llegada de migrantes, que suponen el 94% de todas las entradas al país, también se resintió por la pandemia, pero aguantó lo suficiente como para que el saldo fuera de nuevo positivo. El año pasado España tuvo un balance de 230.026 migraciones extranjeras a favor, lo que permitió que la población total se incrementara en 61.609 habitantes respecto a 2019.

Los países emisores que más contribuyeron a aumentar la población fueron Colombia, con un balance migratorio de 36.726 personas, Venezuela (22.018) y Marruecos (15.221). La otra cara de la moneda está representada por Rumanía, cuyo saldo se redujo en 7.132, Ecuador (–5.293) y Bulgaria (–1.831). 

Cinco comunidades pierden población

Pese a que en general España ha ganado habitantes, el incremento no se ha hecho extensivo a todo el territorio. Hasta cinco comunidades vieron su población reducida el año pasado. Se trata de Castilla y León, que perdió el 0,6% de sus habitantes, Asturias (-0,6%), Extremadura (-0,4%), Galicia (-0,2%) y País Vasco (-0,2%). 

En el lado contrario aparecen Baleares (0,7%) y Murcia (0,6%), los territorios que más habitantes ganaron el año pasado. En un segundo grupo se encuentran Canarias, Comunidad Valenciana, Andalucía y Cantabria, que incrementaron su población el 0,3%; en un tercero Cataluña, Navarra y Castilla-La Mancha, que subieron un 0,2% y en un cuarto Madrid, La Rioja y Aragón, que crecieron un 0,1%.

Sin embargo, todos los territorios recibieron más migrantes de los que exportaron, especialmente Cataluña, con un saldo de 46.241 personas, y la Comunidad de Madrid (41.429) y Andalucía (32.811). Por contra, las autonomías en las que la migración atenuó menos el impacto de la pandemia fueron La Rioja (1.333), Extremadura (1.463) y Cantabria (1.986).

Freno también a los desplazamientos interiores 

Madrid y Barcelona perdieron 60.000 residentes hacia otras provincias en 2020, la mayor caída de la historia

Las migraciones entre comunidades autónomas también se redujeron a causa de la pandemia. En 2020, el INE tiene constancia de 317.285 desplazamientos de este tipo, frente a los 364.366 registrados en 2019 (un 13% menos). 

Madrid y Cataluña fueron las autonomías que más migrantes exportaron a otras comunidades, con un saldo negativo de 20.836 y 6.701 respectivamente. Nunca antes en toda la serie estas dos autonomías habían perdido tanta población en un solo año, unos datos que apuntan en la misma dirección a los de variaciones residenciales que publicó el INE la semana pasada.

Los grandes beneficiados de los movimientos entre comunidades fueron Castilla-La Mancha, con un balance positivo de 8.752 habitantes, la Comunidad Valenciana (5.043) y Galicia (4.593).