Uganda, como muchos otros países de África, lucha cada día contra el VIH. Un ejemplo de ello es Barbara Kemigisa, que se ha convertido en toda una artista. Barbara se enteró de que era seropositiva en 2008, cuando se quedó embarazada de su primera hija, dándose cuenta de que ya era tarde evitar contagiarle el virus.
Tras enterarse, se puso en marcha con una misión muy importante, usar su condición de seropositiva para dar esperanza a personas como ella.
Hay dos millones de personas que son VIH positivas en Uganda
“Vivir con VIH en Uganda, no es fácil” cuenta Barbara. La mayoría de los positivos cuando se enteran del resultado no tienen ni siquiera donde dormir. Se encuentran en la calle y sin ningún tipo de facilidades.
Barbara decidió hacerle frente a sus dificultades a través del arte. Una forma de concienciar a todo su alrededor y de crear en la calle una conversación sobre la enfermedad que igual antes no se hubiese dado. Muchos de los positivos queman los botes de retrovirales para que su círculo no conozca que están enfermos.
Esta ugandesa se dio cuenta de que podía aprovechar esos botes de pastillas, y lo primero que hizo fue una cama para su hijo, ya que no tenía dinero para comprar una. De ahí fueron saliendo muchas esculturas más como macetas o sillas.
Después de eso, consiguió juntar a varias personas y empezaron a trabajar en pequeños grupos e 10 personas llamados ‘Unidades de Poder de las Píldoras’.
Estos grupos van a los centros de tratamiento y atención del VIH para solicitar el apadrinamiento y la formación de jóvenes. Juntos, están consiguiendo que la mayoría de los pacientes estén consiguiendo una carga viral indetectable, al igual que Barbara.
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