Manuel Giménez Larraz alerta del "precario equilibrio de nuestras democracias"

Manuel Giménez Larraz, hijo de Manuel Giménez Abad, presidente del PP Aragón asesinado en Zaragoza por la banda terrorista ETA el 6 de mayo de 2001, ha alertado este jueves del "precario equilibrio de nuestras democracias". Ha intervenido en el Homenaje a la Palabra, en el Palacio de La Aljafería, cuando se cumplen 20 años del asesinato de su padre.

Ha señalado que "la falta de perspectiva, a veces, puede hacer creer que la Historia es un camino de progreso, tolerancia, convivencia, democracia", pero ha recordado que las primeras décadas del siglo XX estuvieron marcadas por dos guerras mundiales, manifestando que "todo lo damos por sentado", pero pueden generarse "entornos mucho más ásperos y complicados".

Giménez Larraz ha expresado que "la identidad cívica inclusiva también es nuestro acervo histórico, cultural y político", defendiendo la política como "un ejercicio de sana discusión y acuerdo con el que construir un espacio libre y plural".

Ha recordado los valores de su padre, recalcando que eran "incompatibles con el totalitarismo de ETA" y que la Fundación Giménez Abad difunde con su actividad. Su padre entendía la política como "un encuentro de posiciones diversas que era útil si era ejercida con moderación, una virtud cívica cada vez más despreciada".

Ha aseverado que Giménez Abad consideraba que "cuando se abandonaba la moderación, en cuya alma se inspira la democracia, se dificultaba el intercambio respetuoso de las ideas y el diálogo entre partidos, y se acaba socavando la democracia", subrayando que "la cultura democrática está compuesta por el respeto y los valores de libertad, igualdad y pluralismo, la defensa de los derechos y libertades de los ciudadanos, la tolerancia, el fomento de los acuerdos, el diálogo, un marco común de ética cívica".

COHERENCIA

"Ningún ser humano normal puede gozar de una vida satisfactoria si no es viviendo en comunidad, con otras personas", pero "vivir en sociedad con otros tiene un precio", ha mantenido Giménez Larraz: "Aquello que uno desea hacer entra en conflicto con lo que otros quieren hacer", para añadir que "el acuerdo no significa ni debilidad ni fragilidad en los principios".

Asimismo, ha ensalzado el valor de la "coherencia" y ha advertido de que "la incoherencia se propaga". Giménez Larraz ha señalado que si se deja de condenar la violencia una vez "se abre la puerta a que no se condene nunca". Ha apelado al civismo, la tolerancia y la libertad, valores principales de Manuel Giménez Abad.

Giménez Larraz ha lamentado que su padre no ha podido conocer a sus nietas, ni pescar en Bujaruelo, "ni ha podido observar desde cualquier cima de los Pirineos lo pequeños que son los problemas diarios cuando se miran desde esa altura".

"Se borra de nuestra memoria su presencia física, dando lugar a su recuerdo, una idea", ha proseguido Giménez Larraz, quien ha puesto de relieve "lo que de él existe en nuestra vida política y pública", indicando: "ETA acabó con la vida de mi padre, pero bajo ningún concepto va a conseguir acabar con el respeto y el cariño de la gente" por él. Ha destacado la "generosidad innegable de todos los grupos, el recuerdo permanente" de su memoria. Aragón es una comunidad "más cívica, digna y humana que muchas que nos rodean", ha manifestado el hijo del homenajeado.

"Mi padre, por cómo era y por cómo acabó su vida, constituye la representación más digna y admirable de la defensa del derecho, las libertades y los valores democráticos, sobre los que se debería construir cualquier realidad política", ha aseverado Manuel Giménez Larraz, quien ha dejado claro que "los asesinatos de ETA son la constatación de lo largo que ha sido el camino para asentarlos en España" y "lo fácilmente transitable que es el camino para perderlos".

RACIOCINIO Y DERECHO

El catedrático de la UZ Guillermo Fatás, amigo de Giménez Abad y patrono de la Fundación que lleva su nombre, ha afirmado que el senador es "símbolo de todos los asesinados en España por el terrorismo político", puntualizando que "en Aragón no fue el único, hubo otros", como las víctimas de la Casa Cuartel de Zaragoza y otras.

Ha resaltado que Giménez Abad era un diputado elegido por los ciudadanos por lo que que "era representante de todos". El Homenaje a la Palabra "se opone al disparo, a la bomba y al secuestro", ha continuado Fatás, quien ha dicho de los terroristas que o niegan la humanidad ajena o sofocan toda la empatía que se pueda sentir. Además, "en todos los casos los victimarios se arrogan el derecho a la vida y la muerte y se imponen despóticamente a la comunidad".

La palabra es "vehículo del raciocinio" y, además, en ella "se encarna el derecho, que toma la forma de leyes", siendo también "el recurso básico de la democracia parlamentaria", ha manifestado Fatás, quien ha realzado las "ideas mayores" de las que proviene la palabra, como son "la dignidad, la decencia y el decoro".

De esta forma, el Homenaje a la Palabra "defiende la democracia, que se origina en la defensa de la dignidad, el respeto a las minorías, y obliga a sus individuos e instituciones", ha proseguido Fatás, quien ha subrayado que es "el régimen que permite las libertades que los insensatos llaman formales".

También ha aseverado que "la dignidad, el derecho y la democracia son una trinidad, el faro que debe guiar la acción política en todo momento", añadiendo que "por defenderla cayeron Manuel y los demás asesinados". Ha recordado que Giménez Abad fue nombrado hijo adoptivo de Zaragoza un día después de su asesinato y que hubo una manifestación que inundó las calles de la capital aragonesa, así como condenas en toda España, Europa y el mundo.

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