Este lunes, en asamblea, la plantilla ha analizado la situación toda vez que terminó el plazo en el que comprometieron paz social a la multinacional estadounidense, el pasado 30 de abril, sin un acuerdo marco para dicha operación.

En consecuencia, los representantes de los trabajadores abogan por volver a la huelga que suspendieron para facilitar las negociaciones entre Alcoa y la sociedad estatal de participaciones industriales (SEPI).

Durante las últimas semanas estas conversaciones han estado bloqueadas por las condiciones que planteaba la compañía para vender a la SEPI.

La pasada semana Alcoa modificó dichas exigencias, pero el Gobierno, a través del departamento de Reyes Maroto -en concreto, en boca del secretario general de Industria, Raül Blanco-, terminó de modificar un planteamiento que llevaba días modulando para invitar a la multinacional a que sea ella la que directamente venda la factoría, con el apoyo del Ejecutivo, pero (dando a entender que sería) sin su intervención directa.

REUNIÓN ESTE MARTES Y ASAMBLEA EL MIÉRCOLES

En este escenario, el ministerio ha convocado a una reunión este martes a las 20,30 horas al comité de empresa, que espera que los representantes gubernamentales trasladen su voluntad de favorecer la compraventa de la fábrica mediante un acto único, en un solo día, de modo que la SEPI funcionaría como intermediaria para que la propiedad pasase de Alcoa a Liberty, que hasta ahora ha sido el interesado principal en hacerse con la planta.

A la espera de lo que les comunique este martes Industria, el comité ya ha citado a otra asamblea a los trabajadores para el miércoles, con dos únicos puntos en el orden del día: información sobre la venta y movilizaciones y medidas a tomar. Será a las 13,30 horas, en el complejo de San Cibrao.