La falsa hija del Emérito reconoce que nunca necesitó estafar a las familias afectadas: "Jamás he cotizado"

Ana María Bea, la falsa hija del Rey Emérito.
Ana María Bea, la falsa hija del Rey Emérito.
Atresmedia
Ana María Bea, la falsa hija del Rey Emérito.

Este viernes, Equipo de investigación puso el foco en la falsa hija del Rey Emérito, Ana María Bea, quien se hacía llamar Mercedes Alejandra Franco Chivite. Así, el programa presentado por Gloria Serra decidió estudiar todo el imaginario que envuelve a la mujer, que ha estafado de manera manifiesta durante años a todo tipo de adeptos, pareciendo casi una secta.

Tras pasar cuatro meses en la cárcel y por su deteriorado estado de salud, pues padece una minusvalía degenerativa, Ana -pues así es como le dice a Serra que puede dirigirse a ella-, se encuentra en su casa por decisión de las autoridades. Eso sí, lo hace vigilada por una patrulla de la Guardia Civil.

En entrevista con Gloria Serra, reconoció la protagonista que jamás había cotizado, por lo que siempre había vivido de las estafas. Contó también que su minusvalía crónica la tiene mucho más afectada que antes, por lo que decidió dejar de engañar. 

La periodista le preguntó cómo había hecho para pagar a los 30 empleados y empleadas que llegó a tener en su casa. La aludida explicó que se debió a un testamento de su bisabuelo que colaboró antes y, ante la insistencia de Serra, reconoció que a estafas. 

Y es que, según dijo, en el caso de organizaciones religiosas como el Opus Dei, no denunciaban o lo hacían con estafas por valor de 1 millón de pesetas, cuando a lo mejor Ana y su séquito se había quedado con 100, aunque "no tenían cómo justificarlo".

La periodista Gloria Serra añadió que, cuando entró la guardia civil en la casa, solo encontraron 50.000 euros en efectivo y joyas pero, evidentemente, Ana no quiso desvelar la ubicación del resto del dinero.

La estafa que queda y por la que va a ir a juicio se estima en más de 4 millones de euros y 100 familias afectadas. "No hay ningún papel mío firmado ni cuentas a mi nombre", dijo Ana, tranquila. Además, aseguró que pagaría el dinero que le reclamara la justicia, al igual que se encargaba ahora el alquiler de la casa, con sus hijos en la cárcel: "Te lo voy a decir con toda la sinceridad, Gloria, estas estafas a mí no me hacían falta", confesó.

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