Entrevista | Lorena Sánchez, la científica española que desarrolla la vacuna Covid que podría dar "inmunidad de por vida"

La científica española Lorena Sánchez Felipe trabaja en el Instituto Rega de Lovaina en el desarrollo de una vacuna contra la COVID.
La científica española Lorena Sánchez Felipe trabaja en el Instituto Rega de Lovaina en el desarrollo de una vacuna contra la COVID.
CEDIDA
La científica española Lorena Sánchez Felipe trabaja en el Instituto Rega de Lovaina en el desarrollo de una vacuna contra la COVID.

Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Janssen, Sputnik V… Son los nombres propios que desde hace meses han acaparado el protagonismo en la carrera para desarrollar la vacuna contra la COVID-19, pero no los únicos. Son muchos los laboratorios que, desde la detección de esta enfermedad, se afanan en crear su propio suero para combatir el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) con diferentes técnicas y en distintos tiempos.

Es el caso del Instituto Rega en Lovaina (Bélgica), liderado por Johan Neyts y en el que trabaja desde hace cuatro años la bióloga y bioquímica española Lorena Sánchez Felipe, que explica a 20minutos todos sus detalles. Comenzaron a trabajar en la vacuna en el mismo momento en el que la secuencia genética del virus estuvo disponible, a finales de enero de 2020, y confían en obtener la autorización para su uso en 2022.

¿En qué consiste vuestra vacuna?

Utilizamos la vacuna de la fiebre amarilla como vector para poder expresar otro antígeno, en este caso, de la proteína de la espina del SARS-CoV-2. Así, inducimos una protección dual: contra la fiebre amarilla y contra el nuevo coronavirus.

¿Basta con una sola dosis de esta vacuna?

Confiamos en que sí, aunque todavía es pronto para saberlo. Como pasa con la mayoría de estos sueros contra la COVID-19, aún ignoramos cuánto tiempo durará la inmunidad. Una sola dosis de esta vacuna de la fiebre amarilla induce protección de por vida frente a esa enfermedad, esperamos que estas propiedades también se transfieran a la nueva contra el coronavirus. Eso es lo que ocurre con otras patologías, como la encefalitis japonesa o el dengue.

"Una dosis de la vacuna de la fiebre amarilla induce protección de por vida, esperamos que esto ocurra con la nueva contra el coronavirus"

¿Sirve contra todas las variantes del coronavirus?

Estamos estudiándolo. En todo caso, el sistema que empleamos para desarrollar la vacuna es muy flexible y permite adaptarla rápidamente.

Vosotros ya estabais trabajando en una plataforma para desarrollar vacunas antes del nuevo coronavirus, ¿no es así?

Efectivamente, tenemos un sistema en el que desarrollamos vacunas que se remonta a antes de la aparición de la COVID. En principio, lo estábamos utilizando para otras enfermedades y como preparación para una posible pandemia, para así disponer de una plataforma que pudiera responder rápidamente a la enfermedad que fuese.

¿Esperabais una pandemia?

En general, en el mundo científico se esperaba que en algún momento pudiera haber una pandemia. Tal vez no de este nivel, sino como las del ébola u otras enfermedades en África.

¿Cuáles son las ventajas de vuestra vacuna?

En primer lugar, la vacuna de la fiebre amarilla lleva usándose ya ochenta años y la han recibido millones de personas. Además, esperamos que se pueda distribuir a unas temperaturas no tan bajas como las que necesitan los sueros de Pfizer y Moderna, sino entre 2 y 8 grados. Esto permite que el transporte sea logísticamente más fácil y pueda llegar a más sitios.

"Si hubiera habido más antivirales contra los coronavirus en general, habría sido más fácil encontrar algún medicamento que funcionase contra este"

Vuestra vacuna llegará más tarde que las que ya han comenzado a comercializarse, ¿quién es el destinatario de este suero?

Esperamos que, si es necesario, se pueda utilizar como dosis de refuerzo de las vacunas que han llegado antes, ya que no se sabe cuánto puede durar la protección inducida por estas. Además, se podría emplear también en países de África y Sudamérica, donde la fiebre amarilla es endémica y es un problema todavía porque hay mucha escasez de la vacuna.

Además de desarrollar la vacuna, también trabajáis en antivirales contra el nuevo coronavirus, ¿no?

Exacto. En el grupo del profesor Johan Neyts también se han investigado siempre medicamentos antivirales. Contamos con un laboratorio totalmente robotizado que analiza compuestos todo el tiempo, y ya se han estudiado más de 1,7 millones para ver cuál puede ser eficaz contra el SARS-CoV-2.

¿Por qué es importante desarrollar también tratamientos?

Es necesario tener algo con lo que poder curar a la gente que se contagie antes de ser vacunada. En este caso, si hubiera habido más antivirales contra los coronavirus en general, habría sido más fácil encontrar algún medicamento que funcionase contra una familia determinada del virus. Habríamos estado más preparados y podríamos haber respondido antes.

¿Nos han enseñado algo el coronavirus y la COVID?

Desde luego. Especialmente en el caso de España, hemos aprendido que se requiere invertir mucho más dinero en investigación y ciencia para estar preparado con plataformas, con medicamentos, que puedan actuar no solo contra un virus concreto, sino que se pueda tener disponible para adaptarlo rápidamente a lo que sea que pueda venir.

"Se requiere invertir mucho más dinero en investigación y ciencia para estar preparado"

¿Se podrá erradicar completamente el virus?

Es una opinión personal, pero creo que se quedará permanentemente. Puede que con el tiempo se vaya atenuando, porque irá evolucionando, pero seguirá ahí y habrá que aprender a vivir con ello.

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