La actividad sísmica ha continuado la noche de este martes y madrugada de este miércoles en el entorno de Santa Fe, Atarfe y Chauchina, en el área metropolitana de Granada, donde se han registrado hasta 51 terremotos de entre magnitud 1,5 y 4,5, según los datos recabados por el Instituto Geográfico Nacional (IGN), que ha elaborado un informe en el que recopila la información de los 281 terremotos registrados en la zona desde el 1 de diciembre.
Según explican a 20minutos fuentes de la Red Sísmica Nacional, de los 281 terremotos registrados desde el 1 de diciembre, ocho han sido de magnitud mayor o igual que 3,0 y 41 han sido sentidos por la población. Los de mayor magnitud han sido el registrado este martes a las 22.54 -de 4,5- y el del pasado sábado 23 -de 4,4-, con una intensidad máxima de V-VI en las poblaciones de la zona epicentral, y tras el cual se recibieron unos 4.500 cuestionarios en la web y la aplicación móvil del IGN. "Hasta el momento se han registrado algunos daños no estructurales, como grietas en el enlucido, además de numerosas caídas de objetos en varias construcciones dentro de la zona epicentral", reza un informe del IGN.
De este terremoto de magnitud 4,4, el IGN ha registrado hasta este miércoles por la mañana 174 réplicas, la mayor de las cuales ha sido, hasta el momento, la de 3,3 sentida en el área metropolitana de Granada este lunes. Esta intensa actividad ha llevado a la población a preguntarse hasta cuándo va a durar esta secuencia de terremotos y si se podría esperar algo parecido a lo vivido en 2010, cuando se registró en la zona un seísmo de magnitud 6,3, o en 1954, cuando se sintió uno de los mayores terremotos de la época instrumental, de magnitud 7,8.
"Los terremotos no se pueden predecir. Lo más probable, y así lo muestran los datos que vamos recogiendo (gráfico debajo), es que se produzcan terremotos pequeñitos durante los próximos días y luego la actividad sísmica vaya bajando, pero no podemos asegurarlo porque en cualquier momento podría haber otro más gordo", advierten desde la Red Sísmica Nacional. Con todo, recalcan que "lo más probable es que haya réplicas y que estas tiendan a menos cantidad y menor magnitud".
Para medir y estudiar el incremento de la actividad sísmica en la zona de Granada, los expertos del IGN han reforzado los aparatos de medición. En concreto, se han instalado "dos estaciones portátiles temporales de velocidad y una de aceleración en las proximidades de la zona epicentral, lo que permite registrar los terremotos con una buena cobertura azimutal y realizar la localización de los epicentros con mayor precisión y fiabilidad". Estos se sumarán a las tres estaciones sísmicas de velocidad y 22 de aceleración que el IGN tiene instaladas de forma permanente en la provincia de Granada -8 de ellas en torno a la zona donde se están produciendo los terremotos-.
Los acelerómetros "son instrumentos que registran la aceleración del suelo en el caso de movimiento fuerte", explican los expertos, al tiempo que señalan que con los datos recabados sirven para la evaluación de los daños y del comportamiento de las estructuras, así como "para la elaboración de mapas de peligrosidad sísmica".
Zona de mayor peligrosidad sísmica
Los sismólogos recuerdan que la cuenca de Granada es una de las zonas con mayor sismicidad de toda la península Ibérica, en la que han ocurrido importantes terremotos a lo largo de la historia, y califican de "habitual" la sismicidad registrada en las últimas semanas.
Esto se debe a que la cuenca de Granada se ubica en las cordilleras Béticas, una de las regiones con mayor actividad sísmica de la Península Ibérica, fruto de la convergencia entre la placa Africana y Euroasiática. Desde la Red Sísmica Nacional definen la zona como "con mucha peligrosidad" porque tiene "muchas fallas capaces de generar terremoto".
Esta zona se caracteriza por la ocurrencia de numerosos terremotos superficiales de baja a moderada magnitud, y de forma ocasional con intensidad significativa. Desde la Red Sísmica Nacional explican que "es muy importante" señalar que los terremotos han sido "muy superficiales -con profundidades menores de 10 km- y por eso se han sentido más", a pesar de que su magnitud no ha sido elevada. No es lo mismo que cuando un movimiento presenta más fuerza pero su epicentro se sitúa a mayor profundidad, pues las ondas se van atenuando y se siente menos en la superficie.
Desde el IGN recuerdan que el terremoto de magnitud 6,2 registrado en 2010 -mayor que los actuales- fue sin embargo de intensidad menor -dos- "porque fue a unos 623 km de profundidad".
El de 1884, el más virulento con 839 víctimas mortales
El terremoto más antiguo del que se tiene constancia en el IGN ocurrió en 1431 al sur de Granada, donde tuvo una intensidad macrosísmica de VIII-IX produciendo grandes daños en la Alhambra y el más virulento fue el de 1884 en Arenas del Rey, que alcanzó una intensidad de IX-X produciendo 839 víctimas mortales, recogen en un reciente informe.
No obstante, agregan, las mayores sacudidas de la tierra de la época de la sismología instrumental (a partir de 1857) han sido los de tipo profundo de Granada de magnitud 7,8 en 1954 y de magnitud 6,3 en 2010.
Más recientemente, el mayor terremoto superficial ha sido de magnitud 5,0 en 1956 en Purchil con intensidad máxima VII-VIII. Cabe destacar también los terremotos de Atarfe y Santa Fé de 1986 y 1996 respectivamente, ambos de magnitud entorno a 4,0 e intensidad máxima de V.
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