En toda ruptura de pareja -máxime si es una entre celebrities- hay una parte que, al menos de cara a la galería, lo lleva mejor. O, al menos, se le nota menos que la procesión va por dentro. Y luego está la otra parte, que a veces no se molesta ni un mínimo en aparentar. En este último grupo, no hay ninguna duda, se encuentra Ben Affleck tras su ruptura con Ana de Armas, que es de las primeras.

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Ya el pasado 2 de enero, unas fotografías del actor y director de 48 años en la puerta de su casa, con aspecto desastrado y haciendo una doble peineta a los paparazzis puso la voz de alarma de que desde luego no estaba cuidándose lo que se dice en exceso.

Pero las últimas imágenes del actor hacen pensar que (nuevamente) se va a dejar ir y no piensa ni en su futuro profesional ni en nada más allá de ahogar las penas por haber perdido a la cubano-española de 32 años, quien ha optado por una solución mucho más práctica y, a la postre, bastante más habitual: '¿Que hemos cortado? Pues también me corto el pelo'.

Porque ahí estriba un poco la diferencia: mientras que Ana de Armas se ha deshecho de su melena por un look bob a media altura que sus fans han aplaudido, Ben Affleck mandaba a su hermano Cassey a que se deshiciera, tirándola a la basura sin romperla antes o con un mínimo de decoro, de una foto a tamaño real de la actriz de Puñales por la espalda o Blade Runner 2049. Una imagen tan hollywoodiense que ya forma parte de la historia de Ben Affleck por derecho propio (y por obra y gracia de los memes).

Según se comenta, la ruptura ha sido amistosa aunque haya sido Ana de Armas la que dio el primer paso. Y esto ha provocado un aluvión de ideas en la mente de Affleck que solo ha podido solucionar de la única forma posible cuando eres tú al que dejan: con comida.

El intérprete de películas como Perdida, Pearl Harbor, Armageddon o Argo ha sido visto recogiendo en la puerta de su casa un pedido a domicilio que sorprende porque, en teoría, está viviendo solo -o quizá su hermano se ha quedado con él-, pero aún así es too much incluso para dos.

Ben Affleck llamó a la famosa franquicia Dunkin' Donuts y les pidió una bolsa llena hasta arriba de lo que dice el nombre de su marca y hasta cuatro cafés en tamaño super XXL. Sin lugar a dudas no es la mejor forma de afrontar una ruptura, pero también es cierto que el que la lleva, la entiende. Así que solo queda desearle buena suerte al actor en los próximos días.